Sabemos que prepararse una oposición no es tarea fácil.
Habrá días en los que te levantes de la cama con una energía increíble y con inmensas ganas de comerte al mundo, y otros, sin embargo, que sentirás cómo un torrente de sentimientos negativos se hacen con tu estado de ánimo, y esto precisamente es lo que debemos evitar.
Vamos a ofrecerte en este artículo algunos consejos para que puedas conseguir volver a encontrar la motivación que un día te llevó a prepararte la oposición, para que en los momentos bajos los recuerdes y los pongas en práctica.
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¿Por qué, en ocasiones, te rindes?
Rendirse es una opción fácil de tomar cuando las cosas se ponen difíciles. Es una fase del agotamiento emocional causada por muchas razones, pero en todas ellas coincide la alta cantidad de sacrificio y esfuerzo que se dedica a preparar una oposición. En una oposición tendrás muchos momentos en que todo se hace cuesta arriba, donde el horizonte se ve muy lejos y las fuerzas escasean. La sensación de querer dejarlo todo y liberarse de esa carga es una solución que algún opositor toma pero que no siempre reconforta, pues la verdadera satisfacción de un opositor no es la renuncia sino el éxito final.
En muchas ocasiones querer conseguir resultados rápidos, ser impaciente, no creer lo suficiente en uno mismo, ni tener confianza en que podrás lograr tu meta, son desencadenantes de la rendición. No visualizar tu aprobado o refugiarte en fracasos anteriores pueden hacer que te fatigues y dejes de lado la preparación de tu oposición.
No debes tener miedo al futuro, temor a fallar o a cometer errores. Tampoco focalizarte demasiado en tus debilidades sino es para trabajar en reforzarlas y ponerles remedio. Debes tener claro que si te rindes no estarás haciendo nada porque tu vida y tu futuro profesional cambie. Persistir, insistir y trabajar aun en los momentos más complicados de una oposición, es sinónimo de avance y de triunfo.
Pero, cuidado. En ocasiones una rendición (siempre que sea momentánea) puede ayudarnos a tomar perspectiva de lo que estamos haciendo, ayudarnos a bajar nuestro nivel de autoexigencia y presión y, lograr que nos tomemos las cosas con más calma, volviendo a tomar el impulso necesario para seguir en nuestro camino por aprobar una oposición.
Saber detectar los momentos de estrés y ansiedad, situaciones en que rendirse se vuelve algo más poderoso, es imprescindible para poder motivarse, resistir y, no decaer.
Consejos para retomar la motivación
Lograr la motivación intrínseca
Debemos tener claro, en primer lugar, que la motivación que consigue que logremos grandes metas, es aquella que nace dentro de nosotros. Mucha gente, hoy día, no sabe diferenciar la motivación intrínseca de la extrínseca, llegando a tener argumentaciones erróneas para animarse en el estudio.
La motivación intrínseca es, aquella en la que se hace algo para lograr algo por pura satisfacción personal, es decir, sin querer obtener nada a cambio. Una persona estará intrínsecamente motivada cuando realizar algo para sentirse bien consigo mismo, como un reto o desafío propio, por puro gusto. Por ejemplo, leer o estudiar solo por el simple hecho de querer conocer y descubrir nuevas cosas.
En cambio, la motivación extrínseca es aquella en la que se hace algo para obtener una futura recompensa o, incluso, para evitar un castigo. La motivación aquí, viene de fuera, suele ser material y a diferencia de la intrínseca, solo produce efectos a corto plazo, teniendo efectos negativos a largo plazo.
Pongamos un ejemplo de motivación intrínseca:
Si nosotros nos ponemos como meta, imaginemos, adquirir una bicicleta profesional si aprobamos un determinado examen, nos encontraremos motivados, pero solo hasta que hayamos logrado nuestra meta. En este sentido, el objetivo real que nos impulsa a estudiar (aprobar el examen) se desvanece y nos quedamos con el premio en mente.
Este tipo de estrategias son erróneas y conducen a racionamientos perjudiciales pues, una vez que no podemos permitirnos un premio para motivarnos, nos encontramos completamente perdidos y sin ganas de ponernos a estudiar.
¿Qué podemos hacer, finalmente?
Debemos evitar los premios materiales para encontrar la motivación. Más que eso hemos de centrarnos en el objetivo por el cual nos hemos puesto a estudiar todo este tiempo. Si nos concienciamos que nuestro gran premio es sacarnos la oposición, una bicicleta o cualquier otro premio, nos parecerán migajas.
Conseguir comprensión y cariño
Parece mentira, pero somos seres sociales, y como tal necesitamos estar con los demás, interrelacionarnos, mostrar nuestros sentimientos y que los demás nos los muestren simultáneamente.
En épocas de estudio intenso, como es la preparación de oposiciones, podemos llegar a sentirnos altamente aislados de nuestro mundo, de nuestro entorno social, de nuestro círculo de amigos.
Por ello es importante contar con un confidente-amigo que conozca la situación y que nos escuche cuando necesitemos desahogarnos en momentos de decaimiento.
Nada mejor que un hombro en el que apoyarse, y si conoce la situación de primera mano como tú, mucho mejor.
Practicar el pensamiento positivo mediante lectura interesante
Existe mucha literatura motivadora para opositores. Leer libros sobre casos de éxito, sobre consejos para opositores puede venirte bien para mantener la mente positiva.
En nuestros ratos libres en la planificación de estudio, podemos optar por leer algunas frases de algunos libros de automotivación que nos gusten. Leerlas nos ayuda a interiorizar palabras que se transforman en pensamientos en positivo; por ello, si leemos historias que nos hablan de la auto superación, inconscientemente estaremos sembrando nuestra mente de esas ideas.
Trabaja 10 minutos al día, al levantarte, tu motivación
Puedes incluir, como parte de tu rutina diaria, la automotivación: te levantas por la mañana, te duchas, desayunas y te automotivas.
Nadie permanece motivado al 100% todo el tiempo, es un sentimiento que merece ser trabajado poco a poco para permanecer en óptimas condiciones.
Imagina que es como un jardín repleto de flores; si lo trabajas diariamente, cortas el césped, lo riegas y eliminas las malas hierbas, conseguirás un jardín digno de contemplar, pero si te descuidas, la broza crecerá a diestro y siniestro y no habrá forma de arreglarlo.
Para trabajar tu automotivación, ponte delante del espejo, mira tu imagen a los ojos y di en voz alta: «soy bueno/a, soy trabajador/a, soy importante. Lo voy a conseguir, nadie me detendrá».
Trata de disfrutar del camino
Preparar una oposición también puede ser algo agradable. Aprende a acostumbrarte a tu nueva etapa opositora, piensa en ella como una breve y pasajera etapa de tu vida. La etapa en que te esforzarte para conseguir tu sueño de lograr una plaza que te brindará satisfacciones personales y estabilidad profesional durante el resto de tu vida. Un tiempo en el que fuiste capaz de superarte a ti mismo, en el que conociste a otra gente en tu misma situación, en que descubrirte tu capacidad de sacrificio.
Aprende a disfrutar con los pequeños detalles de tu periodo opositor y, trata de hacer tu día a día más amable con gestos cotidianos que te hagan feliz (comprando nuevos materiales de trabajo, preparando esa comida que más te gusta, etc.), descubriendo el gran valor de los descansos y momentos de desconexión. La preparación de una oposición no será, ni mucho menos, el peor momento de tu vida. Nunca lo veas de esta manera.
Divide y vencerás
No pretendas abarcarlo todo. El temario es muy extenso y con ello solo conseguirás agobiarte y desbordarte en tu tarea de estudio. Divide temas, módulos, estudia por bloques. Ponte pequeñas metas fácilmente alcanzables, de esta manera evitarás caer en el hastío y en el agotamiento y reforzarás tu autoestima que te ayudará a progresar en tu estudio.
Cuando estés cerca de rendirte, descansa
La preparación de una oposición es un camino lleno de altibajos, con momentos de mucha euforia y sacrificio positivo con otros donde todo lo ves de color oscuro tirando a negro. Es importante que aprendas a reconocer esos momentos de agotamiento mental y físico para que sepas detenerte antes de caer rendido totalmente. En esos momentos trata de descansar, relajarte, desconectar para recuperar las buenas sensaciones y volver a retomar el estudio con más fuerza sin perderte en el camino.
Visualiza tu éxito
Imaginarte aprobando la oposición, visualizando como cambiaría tu vida una vez que hayas logrado tu plaza, las cosas que harías, los proyectos que emprenderías, con quien los compartirías.
Por qué nunca hay que rendirse
En nuestro día a día encontramos casos de superación personal que han llevado a la persona en cuestión al éxito. Por ello, es importante que nos fijemos en ellos y que nos dejemos inspirar para llevarlo a nuestro terreno; pues si ellos lograron su objetivo, tú no vas a ser menos y casi que, con total seguridad, si vas por el buen camino, tarde o temprano alcanzarás tu meta.
Porque el éxito está hecho para quienes se lo trabajan, pero es más, el mundo está hecho para quienes sueñan.
Nada en la historia se ha logrado sin antes un sueño. Este es el punto de partida de la motivación, del trabajo duro y del cumplimiento de nuestros objetivos.
Nunca te rindas porque…
Es muy fácil encontrar una razón para rendirse…busca razones para no hacerlo.
Si renuncias…estarás dando la razón a los que nunca creyeron en ti.
Al rendirte…habrá competidores que se alegren de que te hayas dado por vencido.
Cuando te rindes…pierdes la oportunidad de saber que habría pasado si no renunciaras
Quien renuncia una vez…puede hacerlo muchas más veces…no experimentes con la rendición.
Recuerda…la vida es más emocionante e intensa si estás trabajando por conseguir algo grande. ¡La recompensa estás más cerca de lo que crees!
Así que recuerda que, aunque haya momentos en los que la motivación parezca haberse esfumado, tú eres el dueño de tu destino. Así que decide: ¿vas a rendirte o vas a luchar por lo que más quieres?