Cuántas veces no hemos conocido a alguien que encontraba verdaderas dificultades con la asignatura de Matemáticas, o a alguien a quien las operaciones con números (incluso las más sencillas) les resultan harto complicadas. Aunque cada uno de nosotros cuenta o desarrolla unas habilidades más especiales para unas materias concretas que para otras, sí que puede explicarse la dificultad específica para el aprendizaje numérico a través de un trastorno conocido como «trastorno de cálculo», «dificultades en el aprendizaje de las matemáticas (DAM) o también denominado discalculia. Conozcamos un poquito más acerca de él.
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¿Qué es la discalculia?
El término discalculia proviene del griego «dis» (dificultad) y «culia» (cálculos), y su primera definición vino dada en 1974 de la mano del psicólogo de origen checo, Ladislav Kosc, el cual asoció este trastorno a alteraciones congénitas o genéticas.
Se podría definir la discalculia como el trastorno del aprendizaje que afecta a conocimientos numéricos, aritméticos o de álgebra dificultando la adquisición de conocimientos matemáticos y, por tanto, afectando al rendimiento académico y también a actividades de la vida cotidiana que precisan de llevar a cabo operaciones de cálculo.
Este trastorno forma parte del grupo de dificultades del aprendizaje como la dislexia (el trastorno del aprendizaje de la lectoescritura), la dislalia (la alteración de fonemas) o la disgrafía (dificultades relacionadas con la escritura). En ocasiones, su aparición puede venir acompañada de alguna de ellas.
El origen de la discalculia en la persona no viene dado por ninguna lesión cerebral, trastorno cognitivo o a causa de una mala educación. Es considerado un trastorno puro del desarrollo, afectando a personas que cuentan con un cociente intelectual considerado normal o superior y no de la misma manera, puesto que la discalculia varía según la persona. Conviene distinguir de otro término relacionado con el que la discalculia tiende a ser confundida: la acalculia. Mientras la primera es un trastorno del aprendizaje del niño o niña sin que medie lesión cerebral, la segunda hace referencia al problema en la edad adulta ocasionado, precisamente, por un daño cerebral.
Se calcula que la discalculia afecta a entre un 3 y 6% de la población infantil y suele detectarse entre los 6 y 8 años, aunque también puede observarse a través de señales que el niño o niña muestra en su etapa infantil.
Tipos de discalculia
Pueden establecerse varios tipos de discalculia:
- Verbal: problemas a la hora de nombrar números, símbolos, términos, etc.
- Practognóstica: problemas al enumerar y manipular objetos matemáticamente
- Léxica: dificultad al leer símbolos matemáticos
- Gráfica: problemas para la escritura de cifras o signos matemáticos
- Ideodiagnóstica: dificultad para entender relaciones matemáticas
- Operacional: problemas para llevar a cabo operaciones matemáticas
Síntomas de la discalculia
En primer lugar hay que dejar claro que existen personas que no son buenas con las matemáticas y no tienen porqué presentar discalculia. Sin embargo, aquel alumno con problemas en el aprendizaje de las matemáticas presentará todos o alguno de los siguientes síntomas:
- Es incapaz de realizar series numéricas, así como cálculos mentales, clasificaciones, operaciones, etc.
- No puede resolver problemas matemáticos sencillos
- Encuentra dificultades para identificar los números o se equivoca al nombrarlos o escribirlos (confundir el 3 con el 8, el 6 con el 9)
- Se confunde con los signos matemáticos de suma, resta, división y multiplicación
- Invierte o rota los números
- Tiene dificultades respecto de la coordinación espacial o temporal.
- Le resulta complicado recordar y comprender reglas, secuencias matemáticas como tablas de multiplicar, etc.
Si el docente observa alguna de estas señales en el alumno, es fundamental que lo ponga en conocimiento del centro y de los padres del niño, a fin de establecer un método o estrategias de aprendizaje y motivadoras que se ajusten a su perfil y que le ayuden a superar estas dificultades y aprender cálculos, razonamientos visuales, reglas, etc., sin obstáculos. La detección temprana de la discalculia ayudará a disminuir posibles retrasos educativos, especialmente cuando se manifiestan en la fase en la que el niño o niña comienza el aprendizaje de las nociones matemáticas básicas.
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