Por qué ser maestro: una profesión para disfrutar de lo que haces

Ser maestro es una profesión vocacional que, sin duda, influye en el futuro de cada sociedad. Ésta y otras razones son suficientes para decidirse a preparar una oposición en Educación. ¡Atrévete a disfrutar de lo que te apasiona!

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Ser Maestro : Una profesión para disfrutar de lo que haces

Bonita. Así es esta profesión. Impartir clases es mucho más que preparar la lección y explicarla en el aula, pues se trata también de una herramienta de transformación social. Ser maestro es sinónimo de contribuir al cambio y construir un mundo nuevo formando a los profesionales del futuro desde cero. Los docentes transmiten conocimientos, construyen valores, viven el crecimiento, desarrollan la personalidad y la capacidad para tomar decisiones… Plantean retos y desafíos, pero la recompensa merece la pena.

La vocación es la base que necesita todo aquel que quiere dedicarse a la docencia. Solo esta podrá sacar lo mejor de uno mismo para ofrecerlo a los alumnos con implicación, motivación, esfuerzo e ilusión. Si tú eres de esos que llevan dentro de sí el don de la enseñanza y la pasión por ella, aquí te traemos algunas de las razones para ser maestro que ayudarán a convencerte de que esta es una de las mejores profesiones.

 

Contribuir al desarrollo de los alumnos

Los más pequeños aprenden todo lo que el maestro les enseña, por lo que este es el responsable de transmitir los conocimientos teóricos, pero también valores humanos o aspectos sobre el mundo que les rodea. En su mano está fomentar la imaginación y la creatividad, definir el carácter y la personalidad y proporcionar las herramientas necesarias para mejorar sus condiciones de vida y posibilidades en la sociedad. Aquello que los niños llegarán a ser en el futuro depende, en gran medida, del trabajo de un buen maestro. Ver los progresos es, sin duda, muy satisfactorio.

Generar vínculos y relacionarse con más personas

Ser maestro significa estar interactuando de manera constante con otras personas. Principalmente, los alumnos, pero también con otros docentes, padres y madres o personal de la escuela. Así, se crean vínculos que, en ocasiones, trascienden la barrera profesional para inmiscuirse en la personal, por lo que se genera un cariño y aprecio mutuo que supone un añadido de felicidad diario.

Zarpar en un proceso continuo de aprendizaje

No son sólo los alumnos los que se aprovecharán de los conocimientos del docente. ¡Y es que la sabiduría de los más pequeños vale oro! Ser maestro significa ser estudiante para siempre. Las cuestiones de los niños te ayudarán a investigar, las nuevas tecnologías te enseñarán nuevos métodos de trabajo y la rapidez con la que cambia el mundo te exigirá innovación.

Disfrutar del cariño y admiración de los alumnos

El maestro es un ejemplo a seguir para los niños, por lo que recibe grandes muestras de aprecio de sus pequeños. No es de extrañar ver a estos últimos pedir la opinión de “su profe” para cada dibujo, escritura o cualquier cosa que hacen. Recibir un buen comentario del docente los motiva y, para este, la satisfacción personal de ser un modelo es increíble. En este ámbito, tampoco faltan las sonrisas que los alumnos regalan todos los días.

Vivir de la vocación es posible

Más allá del sueldo y de hacer frente a los gastos cotidianos, ser maestro en España y en cualquier rincón del planeta ha de ser vocacional. Y no hay nada mejor que poder disfrutar de la que es tu vocación la mayor parte del tiempo, disfrutando de los alumnos y los compañeros. ¡Ir a trabajar como docente es una gran motivación!

Escapar de una rutina establecida

Es probable que todos los días te levantes, comas y salgas a la misma hora, pero lo que es seguro es que disfrutarás de algo nuevo cada jornada. Esta es la consecuencia de estar en diferentes aulas con distintos alumnos, tratar temas muy diversos, proponer actividades variadas y, por supuesto, disfrutar como un niño. Pintar murales con los dedos, disfrazarse porque sí, desarrollar el ritmo acompañado de música… Las posibilidades son infinitas.

Compaginar la vida laboral y familiar

El horario es uno de los grandes beneficios de ser maestro, pues coincide con el de los niños y, aunque parte del trabajo viaje hasta casa, hay más tiempo para disfrutar de la familia, los amigos y la vida social. Además, a esta ventaja se suma la de tener más vacaciones para relajarse o para formarse.

Tener un puesto y un sueldo fijos

Aquellos maestros que aprueban una oposición y consiguen su plaza pueden disfrutar de su vocación para toda la vida. Esa seguridad de no ser despedido, salvo causas extremas, es un aliciente más a esas razones por las que dedicarse a la docencia. Como también lo es el sueldo fijo, que puede ir aumentando por convenios, trienios o sexenios y la posibilidad de disfrutar de becas para seguir creciendo profesionalmente.

Además, aquí puedes consultar la multitud de ofertas de trabajo para maestros existentes en la actualidad.

Estos motivos son suficientes para preparar una oposición en Educación y ¡vivir de la vocación con un sueldo fijo! Si estás decidido a ello, tienes que diferenciarte del resto y, aparte de las pruebas escrita y oral, deberás sumar puntos en el apartado “Otros méritos” para ser el mejor. ¿Cómo? Con los cursos de APPF. Contacta con nosotros y consulta todo lo que necesites, ¡porque estaremos encantados de atenderte!

 

 

Estudiar oposiciones para maestro puede ser más fácil de lo que crees

Puede que estés en una de estas situaciones:

  • Acabas de terminar la universidad y son tus primeras oposiciones.  Cuanto más lo piensas más cosas descubres que hay que hacer.
  • No son las primeras pero llevas tiempo sin estudiar y crees que no puedes volver a coger el hábito.
  • Lo has intentado ya, te han suspendido y piensas ¿para qué? si seguro que suspendo
  • Eres un nuevo opositor.

Todos estos casos tienen algo en común y es que a todos les cuesta sentarse y empezar.

La tarea que hay por delante es tan grande que abruma, te imaginas los millones de folios, las miles de cosas que hay que hacer y te desanimas antes de empezar.   Y lo vas retrasando:

«la semana que viene me pongo»

«mejor espero al fin de semana»

«después de Navidad ya estará todo más claro»

Estas racionalizaciones las hace tu cerebro a la velocidad del rayo y tu que estás deseando encontrar una excusa para dedicarte ese día a otra cosa, le haces caso.

Pero empezar a estudiar oposiciones es algo muy sencillo estés en el caso que estés y te voy a decir el secreto ahora mismo:

¿Estás preparado para ser maestro?

Ahí va:

Todo lo que tienes que hacer es sentarte en tu mesa y coger un tema. El que más te guste.

Y le echas un vistazo.

¿Sólo eso?

Pues sí. «sólo» eso.

Porque lo más difícil es dar el primer paso todos los días y a partir de ahí la inercia te va a llevar a que sigas estudiando.

Antes he dicho que hay miles de personas que se presentan y quizás te haya desanimado pero piensa dos cosas:

  1. Muchos de ellos se van a rendir.  Y si hay una máxima que es cierta en las oposiciones es esta: «quien resiste, gana»
  2. De esos miles, los cientos que aprobaron empezaron igual que tu: mirando el papel con un agobio insoportable y sin embargo siguieron adelante y sin saber muy bien cómo aprobaron las oposiciones.

Estoy seguro de dos cosas: un triángulo tiene tres lados y lo que pongo a continuación:

Aprobar tus oposiciones de maestro es posible

Cualquier persona que quiera puede estudiar y aprobar sus oposiciones dedicandole el tiempo y la concentración suficientes.

Pero ¿cuánto es ese tiempo y esa dedicación que le tienes que dedicar?

La respuesta a esto la sabes tú que estás leyendo esto ahora mismo 🙂

 

 

 

10 claves para empezar a estudiar oposiciones de maestro:

  • ¿Cómo te comes un elefante?  La respuesta es poco a poco, bocado a bocado.  Una vez que tienes claro lo que tienes que estudiar, dividelo en porciones digeribles y no pienses en el elefante si no en el trozo que te tienes que comer ese día.
  • Trabaja por pomodoros o por intervalos de alta intensidad.  Empieza estudiando 5 minutos a tope y haz un descanso.  Luego puedes ir subiendo a 10, 15, 20 minutos.  ¿No puedes concentrarte sin distraerte 5 minutos? Empieza con 1.  La concentración es un músculo que se puede entrenar.
  • Ten un horario fijo: Si empiezas a las 9, tienes que estar todos los días estudiando a las 9 sin discusión. Pase lo que pase. Si buscas excusas las vas a encontrar.
  • Ten una motivación sólida y clara.  La gente que vuelve a fumar después de una semana no tienen un «por qué» sólido.  Si van al médico y les da «el susto» lo dejan radicalmente ¿Por qué? porque el médico les ha dado el «por qué» sólido y claro que necesitaban para dejar de fumar.
  • Ten claro por quien estás haciendo esto: por ti mismo por supuesto.  Pero si reflexionas un poco más verás que lo haces también por la gente que te rodea.  Esto es algo que da mucha fuerza para empezar a opositar y para continuar haciendolo todos los días.
  • No rompas la cadena:  Aunque tengas gripe, tus niños tengan un cumpleaños en casa, tus amigos te llamen para que salgas, etc. aunque sea sólo 10 minutos ese día tienes que cumplir con lo planeado.
  • Huye del perfeccionismo ¿A qué me refiero? Pues a varias cosas: entre ellas a esos retoques interminables de un tema que nunca queda perfecto y le das mil vueltas durante semanas y todavía crees que le falta algo.   A mi también me pasa esto.  Pero en productividad la máxima siempre es «mejor hecho que perfecto».  Si quieres ser verdaderamente eficiente tienes que pensar más en lo que no tienes que hacer que en lo que tienes que hacer.  Y una cosa que no te puedes permitir es el perfeccionismo paralizante.
  • No te dejes vencer por la procrastinación.  Nuestro cerebro está programado para postergar las tareas que no nos apetece hacer.  Pero es fácil desprogramarlo creando un hábito de estudio.  Crear un buen hábito es mucho más fácil de lo que parece.
  • No deberías ver la preparación de oposiciones como si fueran dos años en un campo de concentración.  Al contrario: enfócalo como un desafío, como una oportunidad de aprender y de crecer.  Incluso si suspendieras (que no lo vas a hacer) habrás aprendido muchas cosas y saldrás renovado por el esfuerzo.
  • ¿A qué estás esperando? No hay un momento perfecto para empezar.  El momento es ahora. ¿Vas a seguir haciendo lo mismo que los otros días?  Entonces los resultados serán los mismos.  Cualquier acción por pequeña que sea es mejor que ninguna acción en absoluto.  Si tienes ya un objetivo de verdad, entonces sólo te queda empezar a caminar hacia él.

 


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