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¿Por qué cuesta tanto aprender inglés?
Aprender inglés tiene sus dificultades, especialmente para la gente que no ha aprendido a hablar idiomas extranjeros desde pequeño. La pronunciación es un campo de minas además de la velocidad con la que hablan los nativos de cualquier lengua, incluido el inglés. Pero lo que queremos dejar bien claro antes de embarcarnos en escribir esta entrada es que cualquier persona, y lo repetiré, CUALQUIER PERSONA es capaz de dominar el inglés. Aprovechando nuestra experiencia de más de diez años en la enseñanza del inglés a hispanohablantes, vamos a aclarar algunos de los mitos de esta lengua y procuraremos poner fin a los problemas principales que impiden el proceso de aprendizaje de este idioma tan deseado.
En realidad, a los hispanohablantes no les cuesta aprender inglés más que a los demás, aun así, por algún motivo los hispanohablantes piensan que se les da mal aprender inglés, que les cuesta más que a los demás. Desde esta entrada se quiere desmitificar ese dato que tiene poco de cierto. De hecho, los hispanohablantes son bastante buenos aprendiendo idiomas ¡el 25º puesto del mundo! según el EF English Proficiency Index.
Lo que cuesta es cambiar de actitud y darse cuenta que TÚ PUEDES CON ESTE IDIOMA.
Hay que adoptar una actitud positiva para poder motivarse a estudiar y aprender de una manera eficaz.
Nuestra actitud determina la forma en que interpretamos nuestro entorno. Conviene dedicar tiempo a adoptar una mentalidad positiva antes de decidir cómo piensas estudiar inglés; ya sea en Internet, en una academia o por nuestra cuenta. Tanto en los cursos online que presentamos en APPF, como en las entradas del blog, solemos hablarles a nuestros alumnos de la importancia de la motivación. La vemos imprescindible. Hay que querer aprender y avanzar.
Si empiezas a estudiar inglés para conseguir un título, sin interés ninguno en aprenderlo de verdad, puede ser difícil mantener la motivación, lo cual nos lleva a presentar falta de interés y, por tanto, carencia de tiempo y contacto con el idioma. Como hemos dicho antes, aprender inglés suele ser difícil, pero sin constancia diría que es casi imposible. Hace falta usar el idioma que queremos aprender todos los días, hablando, escribiendo, leyendo o escuchando. Es mucho mejor tener un contacto a diario, aunque sean unos pocos minutos que estudiar mucho, solo una vez a la semana.
El segundo punto relacionado con la motivación es la diversión. Que te parezca divertido algo, nos ayuda a aprenderlo. Es casi imposible enseñarle a alguien que no quiere. Si de verdad no quieres aprender inglés y simplemente es para cumplir una necesidad, lo que tienes que hacer es encontrar la forma de convencerte a ti mismo que sí es divertido a la vez que necesario.
A la hora de empezar a practicar, el mayor problema que tiene la gente es la vergüenza.
Siendo adultos, nos cuesta mucho meter la pata, nos da vergüenza equivocarnos y eso es algo que tenemos que superar si queremos llegar a dominar el inglés. Se ha comentado miles de veces y se seguirá diciendo: “hay que aprender inglés a base de fallos”; solo equivocándonos, podremos entender las lagunas en nuestros conocimientos y llegar a perfeccionar nuestra forma de hablar. En esto los niños nos sacan ventaja, les dan igual los fallos, solo quieren participar en su entorno, nunca te encontrarás con un niño que prefiera estar en silencio por miedo de pronunciar una palabra mal o usar la palabra inadecuada, por eso los niños avanzarán a un ritmo más rápido que el de un adulto. Hay que adoptar la misma mentalidad que ellos, y pensar en cada fallo que cometes como una lección aprendida y algo positivo.
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