Cada vez son más las investigaciones y estudios que afirman que la educación emocional es una gran aliada en la educación de los niños y niñas. Aunque son muchas las escuelas que ya cuentan con programas para implementar esta disciplina en sus aulas, todavía hay centros escolares que no están familiarizados con este término y con sus beneficios. Veamos en qué consiste.
Indice de contenidos
Según Rafael Bisquerra, Presidente de RIEEB (Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar), podemos definir la educación emocional como “un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona”. Por lo tanto, el objetivo es dotar de competencias a los alumnos con el fin de aumentar su bienestar social y personal en el presente y en el futuro.
La educación emocional tiene como objetivo principal contribuir al bienestar de la persona. Esto implica desarrollar las habilidades necesarias para regular las emociones menos agradables y para potenciar aquellas que son más satisfactorias.
Se trabajarán diferentes aspectos relacionados con el conocimiento de uno mismo (inteligencia intrapersonal) con el fin de minimizar la vulnerabilidad de los individuos frente a algunas disfunciones como la depresión, la agresividad, la impulsividad o el estrés. También se desarrollarán habilidades sociales (inteligencia interpersonal), como la comunicación afectiva, la asertividad, la empatía o la resolución de conflictos, entre otras.
Estos son algunos de los objetivos principales de la educación emocional:
Es importante entender que no hay una única forma de enseñar educación emocional, sino que esta debe adaptarse en función de las necesidades del grupo al que esta esté dirigida.
Sin embargo, de forma global, tocaremos temáticas muy similares, aunque las adaptaremos al nivel y perfil de nuestro alumnado. Las áreas de trabajo son las siguientes:
Para comenzar, debemos explicar qué son las emociones y otros conceptos como cuáles son sus funciones, sus características principales, enumerar las emociones básicas, etc. Según la edad y el nivel educativo de nuestros alumnos, podemos incluir componentes de las emociones, el proceso emocional y estrategias de regulación.
En segundo lugar, trabajaremos la conciencia emocional para reconocer nuestras propias emociones y las de los demás.
En este bloque trabajaremos la comprensión de la diferencia entre acción, pensamiento y emoción. En este punto trataremos con nuestros alumnos las causas y consecuencias de las emociones, la evaluación de la intensidad y el reconocimiento del lenguaje verbal y no verbal.
En tercer lugar, llegamos al protagonista de la educación emocional, la regulación de las emociones. En este caso debemos trabajar aspectos como la tolerancia a la frustración, la capacidad de retraso de la gratificación y fundamentalmente el desarrollo de la autorregulación. Para ello podemos utilizar técnicas de respiración y relajación, el control del estrés y autoafirmaciones positivas, entre otras.
La motivación es el cuarto elemento que trabajamos en educación emocional. Esta está estrechamente relacionada con la emoción.
Debemos promover una automotivación, que lleve a nuestros alumnos a ser más productivos de forma voluntaria y autónoma. Este bloque posee una gran relevancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En último lugar, trabajaremos las habilidades socioemocionales. A través del desarrollo de diferentes competencias que facilitan las relaciones con los demás.
Se deben trabajar aspectos como la empatía, la escucha activa y la asertividad. También podemos proponer supuestos de rol-playing en los que nuestros alumnos practiquen habilidades como la resolución de conflictos, el trabajo en equipo y la cooperación con los demás, lo que favorecerá aspectos educativos y más adelante laborales, sociales y personales.
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El desarrollo de la educación emocional se compone de diferentes aspectos que se complementan para conseguir el mismo objetivo: optimizar el desarrollo integral del alumno a través del conocimiento, regulación y gestión de sus emociones.
Su implementación en el mundo de la enseñanza es de gran importancia en la vida de nuestros estudiantes. Integrar estos temas en su día a día en el aula le ayudará a desarrollar y mantener una buena calidad de vida, además de ser una herramienta gran utilidad para resolver conflictos, enfrentarse y reponerse ante las dificultades y conseguir objetivos.
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