Estudias, estudias y estudias. Dedicas jornadas maratonianas a la preparación de tu oposición donde tratas de memorizar e interiorizar todos los temas y conceptos incluidos en ella. Te conviertes en una pequeña máquina de asimilar y retener información y al final de cada día reparas en que no has hecho otra cosa que aprender teoría; sin embargo, en ningún momento ha pasado por tu cabeza de qué manera plasmarás todos tus conocimientos adquiridos el día de la prueba final, no sabes cómo te desenvolverás en ella, si escribirás mucho o poco, si te faltará tiempo, cuál será tu reacción en el momento justo de ponerse a redactar una prueba escrita o a elegir entre las diferentes opciones de un tipo test. Es cuando caes en la cuenta de que haber realizado un ensayo previo del examen podría haber sido de gran ayuda.
Hacer un simulacro de oposición es una excelente manera de evaluar tus conocimientos y tus capacidades, de descubrir tus flaquezas o fortalezas ante el «Día D». De este modo, cuando llegue el día del examen evitarás sorpresas embarazosas y sabrás a la perfección cómo desenvolverte ante la prueba ya que lo has hecho muchas veces antes.
En este post intentaremos darte algún consejo de cómo ensayar en casa la prueba final de una oposición.
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Parece algo más que evidente pero no todo el mundo conoce en profundidad el tipo de prueba final a la que se enfrentará, de ahí que el primer consejo para preparar óptimamente una oposición, y antes de realizar cualquier tipo de ensayo o simulacro, es leer a fondo las bases de la convocatoria e informarse correctamente de las pruebas de cada oposición.
Qué competencias serán necesarias, qué habilidades se requieren, de cuánto tiempo dispondremos, o qué criterios tendrá en consideración el tribunal frente a cada una de las pruebas incluidas en la oposición.
De un tiempo a esta parte, prácticamente todas las Comunidades Autónomas publican los criterios de evaluación y, en ocasiones también, los de puntuación. Desde el comienzo de nuestra preparación de una oposición deberemos tener en mente estos aspectos para adaptar nuestra planificación y estudio a ellos, y en base a estos criterios hacer los simulacros de examen.
En tu oposición puede que te enfrentes a pruebas escritas, pero también a orales. La tendencia a creer que con los conocimientos teóricos adquiridos es suficiente para afrontar cada una de las pruebas se trata de un error muy común. Hay otros factores exógenos que entran en juego en cada modelo de prueba y que no están en los temarios, por ejemplo, tu manera de redactar o tu forma de expresarte oralmente.
Para de estudiar y ponte frente a un espejo. Trata de explicarte a ti mismo un tema incluido en el temario de la oposición y al tiempo evalúa tu lenguaje no verbal ya que los gestos, la vocalización, la seguridad o la calma también juegan un papel clave en una prueba oral. De nada sirve aportar muchos conocimientos si no eres capaz de hacer que sean comprensibles para el tribunal calificador.
Practica mucho estos aspectos, de manera que puedan integrarse de manera natural en tu exposición y contribuir a una mejor comunicación, y cuando lo hayas hecho frente a un espejo, hazlo ante tu pareja, un familiar o un amigo. En ocasiones no somos capaces de detectar nuestros propios errores y una opinión más objetiva puede ser de gran ayuda para mejorar la claridad de nuestra transmisión oral de conocimientos.
Del mismo modo, guarda un espacio de tiempo cada semana o cada varios días para ensayar de manera escrita los conocimientos adquiridos durante ese espacio de tiempo, siendo conveniente que ese tiempo sea equivalente al que tendrás en la prueba final. Un simulacro donde cuentes con un material similar al que utilizarás en ella. Si es necesario acompáñate de un cronómetro y cíñete escrupulosamente al tiempo marcado (si son 2 horas no alargues tu simulacro hasta las 2 horas y 10 minutos, puesto que no se ajustará a la realidad). Sortea temas y el que haya salido será aquel que debas desarrollar.
Simular muchas veces una prueba escrita te permitirá adquirir fluidez, precisión y rapidez en tu desarrollo por escrito. Y el día de la prueba final ya sabrás cómo ajustar y exponer adecuadamente la redacción de todos tus conocimientos.
El entorno, la gente, el ruido, el material, alumnos que se levantan de su silla antes de tiempo, aulas en las que no acabas de encontrarte cómodo., bolígrafos que te juegan una mala pasada…Introduce en tus ensayos circunstancias o elementos externos que puedan darse el día de la prueba final y trata en la medida de lo posible de reproducirlas en tu simulacro. Cualquier pequeño detalle puede descentrarte de tu objetivo, por lo que también conviene aprender a lidiar con él.
Reúne todo el material que necesitarás para el simulacro; material de escritura, folios o cualquier otro recurso que creas que te será necesario el día de la prueba.
El día del examen trabajarás en un lugar amplio y silencioso. Trata de encontrar un espacio tranquilo y donde no puedan existir distracciones ni interrupciones. Un lugar con iluminación suficiente y con una silla que sea confortable.
Revisa la convocatoria y establece las mismas reglas y límites que tendrás el día del examen final. Es el caso del tiempo máximo de realización de la prueba, materiales que sean permitidos, etc. No uses material adicional que no esté permitido en la prueba final. No detengas el tiempo, pues en tu examen el cronómetro correrá desde el principio al final de la prueba sin interrupciones.
Mientras realizas el simulacro trata de no consultar tus respuestas o buscar las soluciones correctas hasta que no hayas acabado de responderlas todas. El consejo, tanto para el simulacro como para el examen final, es continuar adelante y realizar un repaso de las respuestas una vez que hayas acabado, pudiendo corregirlas si tienes algunas dudas certeras sobre ellas. De esta manera podrás analizar tus puntos débiles y trabajar sobre ellos, revisando la parte del temario que consideras que tienes menos preparada o buscando nuevos recursos para reforzar tus conocimientos.
Los simulacros son una buena manera de comprobar tu preparación de cara a la prueba final. Haz tantos simulacros como creas conveniente y de manera regular. Podrás detectar tus necesidades de mejora o conocer que áreas tienes más preparada y sobre la que tienes más seguridad.
Al hacer ensayos y simulacros de tu oposición serás consciente de cuál es el estado de tu curva de aprendizaje. Si debes ejercitarla más y trabajar tu memoria para alcanzar el estado óptimo que te permita afrontar con la mayor de las seguridades tu oposición.
Existen una serie de estrategias para fortalecer tu memoria, como por ejemplo: utilizar esquemas, mapas conceptuales o resúmenes para organizar el temario de una manera más comprensible. Practicar la repetición espaciada para reforzar la memoria a largo plazo. Usar reglas mnemotécnicas como acrónimos, acrósticos u otras asociaciones. Conectar nueva información con conocimientos previos, lo que ayuda a facilitar la retención, usar técnicas de visualización o crear imágenes mentales, descansar adecuadamente para permitir la regeneración cerebral así como mantener una alimentación saludable y un ejercicio regular.
Ensayar también forma parte de la preparación de una oposición, así que pruébate a ti mismo y estarás ampliando tu valía y oportunidades de cara a lograr la plaza deseada. Recuerda que en APPF te ofrecemos cursos homologados y acreditados para oposiciones de educación y sanidad que te ayudarán a aumentar tu baremo de puntos y tus probabilidades de éxito en tus oposiciones.
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