Cursos homologados online APPF
Te has empleado a fondo al estudiar uno de los temas de tu oposición. Has memorizado sus ideas principales y secundarias, fechas y datos concretos. Tienes una visión global del tema. En realidad, estás bien preparado para afrontar su desarrollo en caso de que aparezca en la prueba final de la oposición. Sin embargo, sigues creyendo que todo lo que has aprendido es insuficiente y que es necesario dedicarle todavía más tiempo y esfuerzo. Cuando hablamos del perfeccionismo y/o la exigencia en el estudio siempre lo entendemos como un aspecto positivo. Y realmente lo es. Sin embargo, una mala gestión de las mismas puede acabar jugando en nuestra contra. ¿Para qué volver a repasar un tema que seguro dominas y conoces sobradamente cuando podrías dedicar ese tiempo a estudiar otros a los que todavía no te has enfrentado?
El perfeccionismo puede convertirse en obstáculo en la preparación de tu oposición. Veamos cómo impedir que juegue en nuestra contra.
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Ante esta pregunta, la respuesta es afirmativa. Ser perfeccionista con uno mismo es un valor importante a la hora de exigirnos el máximo esfuerzo y así poder lograr el objetivo de aprobar una oposición.
Una persona que es perfeccionista suele ser también disciplinada y tener un gran sentido de la organización, dedicación y sacrificio. Alguien incansable a la hora de trabajar para lograr sus metas. Con fuerza de voluntad y control. Todos esos valores son enormemente valiosos de cara al esfuerzo que implica la preparación de una oposición.
Pero hay que tener cierto cuidado con el perfeccionismo. Es muy frecuente que la autoexigencia se transforme en un comportamiento que genere presión, ansiedad e inconformismo.
Las personas con elevado perfeccionismo también son capaces de desarrollar una sensación de inseguridad y/o bloqueo frente a su trabajo. Para ellos, ese temario estudiado «nunca estará 100% memorizado», «los apuntes jamás estarán completos», «siempre habrá algo que pueda estudiarse mejor«. Una incómoda sensación de no poder tenerlo todo bajo control. Con la fragilidad y falta de confianza que eso puede conllevar para el opositor. Además de, por supuesto, una carga de trabajo desequilibrada que perjudica al correcto avance del estudio del temario.
Aprender a gestionar el perfeccionismo durante el estudio es vital para poder estar conformes y seguros con nuestro trabajo, sin focalizar en exceso la atención sobre el fracaso o generar una frustración negativa.
Para una correcta gestión existen una serie de recomendaciones a tener en cuenta que pueden sernos de gran ayuda:
Si tu objetivo es tener éxito en una oposición en Educación o Sanidad y eres una persona perfeccionista, aprende a ser exigente y disciplinado sin que el ansia de perfección te genere una presión añadida o un bloqueo en la evolución de tu estudio. Sé constante, suma méritos realizando cursos homologados y confía en tus posibilidades.
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