La cognición puede definirse como la capacidad del ser humano para recibir información, procesarla, interpretarla y darle un significado. Es decir, la acción y el efecto de conocer, en cuyo aprendizaje y desarrollo intervienen elementos como el lenguaje, la experiencia, la subjetividad o la capacidad de percepción.
Estar estimulado cognitivamente marca nuestro aprendizaje y nuestra formación como individuos en contacto con el entorno. En ese proceso, es importante potenciar aquellas habilidades mentales relacionadas con el conocimiento. Aquellas que nos permitan trabajar con la información recibida adecuadamente. Estas se denominan capacidades o habilidades cognitivas y su perfeccionamiento en el aula por medio del diseño de estrategias ayudará al progreso de la enseñanza y aprendizaje en el alumno.
Conozcamos algunas de estas capacidades y metodologías para favorecer su desarrollo.
Indice de contenidos
Aunque existen una larga serie de capacidades cognitivas, podemos distinguir 6 habilidades fundamentales para la adquisición del conocimiento:
Es la habilidad cognitiva básica para poder captar estímulos o señales del entorno a través de nuestros sentidos y así transmitirlos a nuestro cerebro para poder representarla mentalmente e interpretarla. Es una capacidad esencial para poder poner en marcha el resto de funciones cognitivas.
Tras la percepción, la atención es la siguiente capacidad cognitiva en la entrada de información a nuestro cerebro. Tan importante es la manera en que percibimos la información como la atención que prestamos a los elementos que forman parte de esta. Dentro de la atención podemos encontrar;
En una percepción correcta de las cosas y, una atención sobre lo verdaderamente relevante, radica el éxito del resto de los procesos cognitivos en relación con la información obtenida.
Toda vez que la información ha llegado a nuestro cerebro, la memoria entra en juego. La codificación (cómo preparamos la información para que posteriormente sea almacenada) el almacenamiento (la retención de datos) y la recuperación (recordar la información cuando nos sea necesario) de la información es algo primordial para el aprendizaje. Entre los tipos de memoria podemos encontrar, atendiendo a una relación temporal, la memoria sensorial que es aquella que dura de 1 a 3 segundos. A corto plazo, de 18 a 30 segundos o la memoria a largo plazo, más prolongada en el tiempo.
El razonamiento es la capacidad cognitiva para resolver operaciones o problemas más complejos. Para relacionar la información de modo estructurado y así poder elaborar nuevos pensamientos, estrategias o conclusiones en base a los datos manejados.
Para convertirnos en seres humanos organizados capaces de cumplir con nuestros objetivos diarios debemos contar con una serie de aptitudes que ayuden a planificar, ordenar, supervisar, corregir y lograr llevar a cabo un plan de acción que tenga una finalidad previamente marcada. Las funciones ejecutivas son procesos independientes de nuestro cerebro que, sin embargo, actúan de manera coordinada para alcanzar la meta establecida. Este grupo de habilidades cognitivas facilitan la adaptación del individuo a nuevas situaciones y su desarrollo temprano es primordial para un correcto proceso de aprendizaje educativo.
Algunas de estas funciones pueden ser:
Funciones ejecutivas adicionales pueden ser: la capacidad de multitarea, la flexibilidad o la monitorización.
Además de las citadas, existen otras capacidades o habilidades cognitivas como: la motivación, el lenguaje, la cognición social o cognición emocional, las gnosias (la capacidad para reconocer algo por medio de nuestros diferentes sentidos) o las praxias o habilidades motoras para ejecutar un plan o alcanzar un objetivo.
Para aprender es necesario poner en funcionamiento muchas de las citadas capacidades cognitivas, pero para ello nuestro cerebro debe haber sido enseñado a manejarlas correctamente.Los educadores pueden promover estas habilidades en el alumnado a través de la puesta en práctica de estrategias de aprendizaje. La repetición activa de contenidos, enseñar el uso de reglas mnemotécnicas, enseñar a copiar, a tomar notas, a resumir, responder cuestiones, trabajar el control de la comprensión de un texto, …entre otras, pueden ser algunas de las acciones encaminadas a desarrollar sus habilidades cognitivas y mejorar el proceso de aprendizaje.
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