Atención al neonato. El nacimiento de un bebé supone siempre una alegría no exenta de una serie de cuidados especiales en su atención, tanto si su nacimiento se ha producido a término con total normalidad y sin presentar patologías, como si ha sido prematuro o necesita de cuidados intensivos.
La especial vulnerabilidad de los recién nacidos requiere de una atención de enfermería especializada y sensible. Un protocolo en el que se tenga en cuenta las necesidades específicas del neonato, una manipulación adecuada que garantice su bienestar, favorecer el establecimiento del vínculo entre madre e hijo o respetar las preferencias de los padres, entre otros aspectos.
En este post veremos algunas de las características particulares de los pacientes neonatos y cómo debe llevarse a cabo su atención por parte de los profesionales de enfermería que forman parte en el proceso.
Indice de contenidos
Los cuidados de enfermería al recién nacido empiezan desde el mismo paritorio, donde el profesional deberá dar asistencia a la madre y preparar al neonato en sus mecanismos de adaptación a la vida extrauterina desde el mismo instante de su nacimiento.
Tras la separación del cordón umbilical se deberá estimular y estabilizar la respiración del neonato; bien de manera natural mediante el contacto en espalda o pies, o la limpieza de las secreciones orofaríngeas; o bien, mediante la aplicación de oxígeno con mascarilla si la respiración no se produce de manera espontánea.
De la misma manera el enfermero o enfermera deberá normalizar la temperatura del bebé evitando su enfriamiento y realizar el examen clínico pertinente con el método del test de Apgar con el que se valorará el estado físico del bebé en base a cinco valores; apariencia, pulso o frecuencia cardíaca, actividad o tono muscular, respiración y gestos o reflejos. Un test que se realizará en el primer y quinto minuto de vida del neonato.
Paralelamente se realizará una inspección general a fin de detectar posibles anomalías en el recién nacido y se realizarán las mediciones de peso, talla y perímetro craneal así como su identificación conjuntamente con la de la madre.
El profesional de enfermería deberá garantizar la permanencia “piel con piel” con acceso al pecho materno del neonato, siempre que las circunstancias del recién nacido así lo permitan.
El tipo de neonato determinará el grado de asistencia a recibir. Dictará si esta se limita a la asistencia en el momento del parto y la posterior atención, mientras el recién nacido descansa al lado de su madre, o si necesita de cuidados y vigilancia más complejos al presentar problemas que requieran de su presencia en unidades de cuidados intensivos neonatales.
Podemos establecer varias clasificaciones del neonato según su nacimiento a término, o anterior a término, según su peso o según sus patologías. En líneas generales es posible definir varios grupos:
En los cuidados más complejos del neonato intervendrán médicos neonatólogos, enfermero/as y auxiliares de enfermería, con la posibilidad de la presencia de otros profesionales médicos especialistas, si se precisa del diagnóstico y tratamiento de enfermedades o cirugías.
En la Unidad correspondiente existirán los dispositivos y mecanismos básicos para el cuidado de los neonatos prematuros o con patologías. El enfermero o enfermera deberá garantizar la presencia y el buen funcionamiento del material de esta Unidad de Cuidados Neonatales, tales como ventiladores, monitores, equipos de aspiración, sondas orogástricas, bombas de infusión, etc.
El profesional de enfermería evaluará al neonato a su ingreso en la Unidad, valorando su color, tono neuromuscular, edemas, funcionamiento de órganos, etc.
Por supuesto, se contará con la participación de los padres como agente clave para ofrecer contacto físico, establecer vínculo y favorecer los lazos afectivos y la lactancia materna, en aquellos casos que sea posible.
Todo recién nacido precisa de una serie de cuidados básicos esenciales. Unas necesidades principales que engloban su alimentación, higiene, regulación de la temperatura, presencia de luz, reposo, medición de constantes, medicación necesaria y garantizar los cuidados canguro. En todas ellas toma partido la figura del enfermero o enfermera.
Por ejemplo, en el caso de la alimentación, el profesional deberá observar el peso del neonato y valorar el grado de succión, aconsejando a los padres sobre otras formas de succión por boca que no sean las del pecho materno, procurando la alimentación enteral por sonda cuando la situación lo requiera, o añadiendo los complementos alimenticios necesarios bajo prescripción médica. También vigilará posibles vómitos, desaturaciones, etc.
El enfermero o enfermera realizará la limpieza diaria del recién nacido con jabón neutro en la incubadora (cuando el peso no excede de 1500 gramos) o fuera de ella. Durante las tareas de higiene deberá garantizar la regulación de la temperatura en el neonato, visualizar con atención su piel ante posibles lesiones cutáneas, cuidar y desinfectar el cordón umbilical y zonas delicadas como ojos o pliegues. Siempre habrá que tener en cuenta que el cuidado de la piel del recién nacido es delicado ya que carece de flora bacteriana.
El paso ambiental intrauterino a extrauterino produce un cambio de temperatura considerable en el recién nacido. El enfermero o enfermera deberá aplicar técnicas para reducir la pérdida de calor en el neonato por irradiación, conducción, convección o evaporación valiéndose de fuentes de calor, realizando un buen mantenimiento de cunas o incubadoras, prendas, etc.
El sistema nervioso central del bebé es extremadamente delicado por lo que el profesional de la enfermería deberá reducir al máximo estímulos sensoriales como ruido y luz, así como una manipulación excesiva. Al mismo tiempo deberá hacer llegar al recién nacido fuentes de luz, a ser posible naturales.
El enfermero/a colocará al neonato en una postura de descanso que favorezca su oxigenación y su calma, así como mantener unas condiciones óptimas que permitan su descanso sin interrupciones que puedan derivar en hipoxemia, apneas, etc.
Independientemente de estas tareas esenciales en el cuidado del neonato, el profesional encargado de sus cuidados de enfermería podrá realizar un amplio número de actuaciones para garantizar su bienestar. Para ello, es importante el buen conocimiento de los factores de riesgo, enfermedades del desarrollo, necesidades nutricionales del bebé, etc.
En APPF contamos entre nuestro catálogo de cursos sanitarios y no sanitarios con el curso Fundamentos del neonato en enfermería: alteraciones neonatales cuyo objetivo es el de aumentar los conocimientos teórico-prácticos de los profesionales de enfermería en los cuidados y atención al neonato.
Un curso con el que poder mejorar los cuidados de enfermería al neonato ante cualquier tipo de patología tanto en su fase prenatal, perinatal como postnatal.
Este curso, dirigido a opositores a enfermería y a profesionales en activo ofrece información sobre los cuidados de enfermería durante el nacimiento del neonato, la valoración del neonato, posibles alteraciones en el periodo neonatal, así como los cuidados de urgencias en el neonato.
No dudes en contactar con nosotros ante cualquier duda de nuestro catálogo de cursos celador para oposiciones.
Bueno, has suspendido el examen, ¿y ahora qué? Has dedicado meses, quizás años, a prepararte…
La Inteligencia Artificial (IA) ofrece grandes oportunidades para mejorar la educación y adaptar el aprendizaje…
Cursos de educación APPF En una entrada anterior en nuestro blog, hablamos sobre los exámenes tipo…
Recursos para docentes y cursos homologados online en APPF.es Septiembre ha llegado y, con él,…
La tecnología ha cambiado totalmente la forma de enseñar y aprender en las aulas. A…
Prepararse para unas oposiciones es un desafío que requiere dedicación, motivación y una estrategia bien…