Un temario de oposiciones con personalidad genera curiosidad e interés al tribunal, por lo que es muy importante trabajar el contenido para diferenciarse del resto y destacar entre los demás. A continuación, las claves para conseguirlo.
La originalidad tiene premio cuando de oposiciones se trata. Aunque no sea requisito indispensable para aprobar, los miembros del tribunal agradecen escuchar ejemplos, autores, artículos o bibliografía, entre otros, diferentes a los impartidos por las academias. Después de enésimas personas citando los mismos casos, este aire fresco genera interés, curiosidad y entretenimiento que, si es correcto, se verá reflejado en una nota mejor. Por ello, preparar el temario de oposiciones es fundamental.
La importancia es aún mayor en las pruebas para Educación. Estos exámenes suelen incluir un tema, un caso práctico, una defensa de la unidad didáctica, un examen de inglés (según especialidades y Comunidades)… Muchos de estos son ejercicios de redacción que, más tarde, se leen ante un tribunal. Si se presentan, por ejemplo, 3000 personas, ¿imaginas lo que puede suponer para el tribunal escuchar 3000 exámenes iguales? Sin duda, aburrimiento. Entonces, a la hora de elaborar el temario para opositar, hay que incluir elementos diferenciadores que demuestren el conocimiento científico y la capacidad de profundizar en el tema a tratar. En definitiva, construir un contenido con personalidad.
Todas estas son razones suficientes para incluir la elaboración de materiales originales en tu planning para estudiar oposiciones. A la hora de ponerte manos a la obra, puedes hacer un ejercicio muy sencillo: sitúate en el lugar del tribunal y piensa qué querrías escuchar, cómo te gustaría que estuviera contado, qué ejemplos considerarías que aportan mucho valor, etcétera. Anotar todas las ideas y pensar en ellas te ayudará a dar forma a unos temas mucho más interesantes y enriquecidos.
Indice de contenidos
Partir de un temario de referencia y darle unos toques personales para diferenciarse, ayuda a sacar un mejor resultado en las pruebas; sin embargo, también tiene muchos otros beneficios que merece la pena conocer para atreverse con ello, a pesar del tiempo y el esfuerzo que requiere y la frustración que puede significar el hecho de no encontrar las palabras para expresar lo que se quiere contar.
Los temas son únicos y, por tanto, tienen mayores posibilidades de sorprender al tribunal.
Oportunidad de incluir más puntos de vista y tener, en consecuencia, contenidos más ricos. Si lo trabajas, tu temario puede ser de mayor calidad que uno previamente elaborado.
Cuando haces un temario propio investigas, estudias y desarrollas contenidos por lo que estás profundizando en cada uno de los temas que trates. Esto te ayudará a tener una buena base y a conocer con detalle el temario, lo cual será muy positivo a la hora de retener información y aplicarla, posteriormente en tu prueba final.
Capacidad de comprensión al mismo tiempo que se elaboran, que se traduce en un aprendizaje más fácil a la hora de memorizar. Es una técnica de estudio más.
Mejora de los textos ofrecidos por las academias que, en ocasiones, parafrasean ideas sin explicarlas ni responder aquello que la pregunta reclama.
Elaborar un temario propio evita tener que hacerse con un temario comercial, uno de los mayores costes de quien prepara una oposición.
El compromiso que aceptas cuando decides hacer un temario propio supone una responsabilidad y además un plus de confianza conforme vayas observando los resultados que obtienes con tu esfuerzo. Tu implicación tiene premio; el refuerzo de los contenidos y, puede que también, el éxito que puedes lograr a la hora de alcanzar tu plaza pública.
Tu propio temario es tuyo y únicamente tuyo…y lo mejor, está hecho a tu manera, adaptado al contenido que mejor puedas memorizar y aprender.
Como verás, existen numerosas ventajas aunque también algún aspecto más desfavorable. El tiempo es uno de ellos, pues elaborar un temario propio requiere de una mayor inversión de tiempo que hacerse con uno ya elaborado. Aunque sí que es cierto que su preparación beneficia a la memorización. Será necesario poner en una balanza el tiempo necesario y disponible antes de embarcarse en el proyecto de iniciar la creación de un temario propio.
También la falta de fuentes o el uso de fuentes inadecuadas o no actualizadas puede suponer un problema y restar puntos en tu prueba final, pues la rigurosidad y actualización es un punto a favor. Hay que estar muy seguro de la fiabilidad del origen del contenido para no cometer errores que puedan penalizarte posteriormente.
Ha llegado el momento. Cuentas con el temario base de referencia, pero ahora es la hora de darle forma aportando personalidad. Frente a ti, una hoja en blanco que asusta. No tengas miedo y sigue las recomendaciones que te ayudarán a elaborar un temario de oposiciones completo.
Siempre es importante leer con detenimiento la convocatoria de oposiciones para conocer bien los requisitos, los contenidos que se van a evaluar y cuáles son los criterios de calificación. Una información muy valiosa a la hora de planificar tu estudio y, también, la manera de exponer tu prueba final.
Selecciona aquellas fuentes de donde sacarás la información y piensa en las herramientas que utilizarás para crear el contenido. Para ello deberás hacer un ejercicio de investigación entre libros de referencia, recursos online, materiales de estudio, apuntes propios de tu carrera universitaria, documentos oficiales y/o leyes vigentes e incluso opiniones o entrevistas de expertos en el tema en cuestión. A mayor información, mejor será tu temario.
Divide tu temario en partes individuales y más pequeñas y, marca metas u objetivos de estudio realistas. Esto hará que te sientas motivado y te permitirá avanzar con confianza en tu temario.
Una vez hecho esto, recapacita y determina qué es lo más interesante o atractivo. Cuando lo sepas, comienza por ello y ve de lo general a lo concreto, a través de un mapa conceptual, que te dará una visión de toda la estructura. Después de este mapa, podrás empezar con la redacción, la cual debe basarse en dicha estructura. Y es que un tema bien organizado multiplica sus posibilidades de calidad y éxito.
Puedes también ayudarte de esquemas o resúmenes para visualizar de manera sencilla las relaciones entre los conceptos o destacar la información más relevante.
Conforme vayas avanzando en tu preparación trata de revisar el contenido que estás afrontando y actualízalo si existen novedades o cambios legislativos o de otra índole. Estar continuamente actualizado es un punto a tu favor. Ampliar los apartados que sean menos completos incluso con experiencias propias si existe esa posibilidad es siempre una buena manera de mejorar tu temario. Si trabajas tu temario en tu ordenador, trabajando en documentos de textos editables ya sea a nivel local en tu equipo o en la nube, encontrarás más sencilla la tarea de actualización y ampliación del temario.
Independientemente del examen, todo escrito ha de abrirse con una introducción, cuyo triunfo depende de una idea principal clara, de su capacidad para captar la atención del tribunal y de un párrafo informativo respaldado con ejemplos y datos que preparen el camino hacia lo que viene después. Para ello, es recomendable explicar un concepto y definir esa idea principal que se va a defender, apoyar esta última con casos concretos y, finalmente, resumirla en una oración que cierre este apartado.
Tras justificar la importancia del tema en la introducción, hay que desarrollar el resto de la estructura siguiendo los epígrafes acordados con anterioridad. Un contenido que se debe apoyar en, por ejemplo, la legislación o las tendencias y teorías difundidas por autores relevantes. La fundamentación de la información es importante y, solo cuando esté muy justificado, puedes recurrir a la experiencia propia. Otras posibilidades para desmarcarse son reflexionar sobre las repercusiones educativas en tu comunidad autónoma o apuntar aplicaciones e intervenciones prácticas en el aula.
A ser posible, incluye ejemplos y casos prácticos para facilitar la comprensión del temario expuesto y demostrando que eres capaz de relacionar teoría con práctica.
El cierre es también muy importante. Una nueva oportunidad para marcar la diferencia y volver a llamar la atención de quien lee o escucha. En él deben estar todas las consecuencias del tema resumidas y acompañadas de una reflexión personal, una cita o una noticia real. Una conclusión en la que no pueden faltar las referencias a la bibliografía y legislación.
Todos estos consejos te ayudarán a elaborar un temario de oposiciones riguroso, actualizado, útil, original y, en definitiva, perfecto. Eso sí, perfecto para ti, porque es capaz de reflejar tu personalidad a través de la información. El contenido es resultado de tu interpretación, condición que lo hará diferente y único. Lo hará especial.
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