Anualmente se añaden nuevas palabras o expresiones a la Real Academia Española de la Lengua. Neologismos que no solo enriquecen nuestra lengua sino que también la renuevan y la acercan a las nuevas generaciones, comportamientos y tendencias de la sociedad. Generalmente estas palabras pasan a formar parte del Diccionario tras comprobarse su uso frecuente e integración natural en el lenguaje coloquial. A juzgar por su empleo cada vez más habitual entre los opositores de toda España un vocablo como «opozulo» debería ser incluida en la RAE muy pronto, pero ¿sabes exactamente de dónde viene opozulo y cuál es su significado?
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Como casi todo neologismo reciente que, por méritos propios, es incluido en nuestro vocabulario, su origen se encuentra en internet. De unos años a esta parte el hashtag «opozulo» comenzó a extenderse en Instagram, Twitter y Facebook entre los opositores que actualizaban a diario sus redes sociales para contar sus avances y evoluciones en la preparación de una oposición. Con ello, esta palabra fue normalizándose en el lenguaje coloquial de los estudiantes de oposiciones, sustituyendo en la mayoría de las ocasiones la palabra habitación o sala de estudio por opozulo.
Con apenas dos párrafos ya habrás adivinado cuál es su significado, ¿verdad?. Un zulo es, según la RAE, un agujero, un lugar oculto y cerrado dispuesto para esconder ilegalmente cosas o personas secuestradas. Un opozulo es, por tanto, el lugar de encierro de un opositor, con la principal diferencia respecto de su vocablo de origen en que es voluntario y no forzado.
Aunque pueda parecer una palabra con connotaciones negativas, en realidad, no lo es. Es una manera cargada de sentido del humor para denominar a esa habitación o estancia que acompaña durante horas y horas a quien prepara a conciencia una oposición. Un modo de reafirmar la intención por encerrarse a hincar los codos, a hacer el esfuerzo de enclaustrarse y recogerse con un objetivo claro y único, sacar la ansiada plaza de una oposición.
De alguna manera, el término «opozulo» ha calado entre el joven (y no tan joven) opositor que lo utiliza a menudo en sus conversaciones con otros compañeros de fatigas, familiares y amigos, o que lo usa al etiquetar sus publicaciones en redes. No hay más que realizar una búsqueda en Instagram para encontrar más de 300.000 publicaciones que incluyen esta palabra, o cuentas, que se autodenominan «opozulodeinfantil», «opozulovirtual» «maestroopozulo», etc.
Ahora que ya sabes qué es un «opozulo» y que has respirado tranquilo sabiendo que no es ningún encierro en contra de la voluntad de nadie, veamos cómo podemos conseguir que este zulo opositor pueda convertirse en nuestro aliado de cara a aprobar una oposición.
Si eres de los que a la hora de elegir entre estudiar una oposición en casa o hacerlo en una biblioteca has elegido la primera opción, debes saber que igual que se aconseja tener todos tus apuntes y temarios organizados y listos antes de emprender tus jornadas de estudio, también has de tener todo tu opozulo preparado para acompañarte en tu esfuerzo diario.
¿Cuentas con una casa grande? ¿Te puedes permitir tener espacios claramente diferenciados para distintos objetivos? Si es así, estás de suerte. Lo ideal es que tu opozulo sea un lugar cuya función sea única y exclusivamente la de servirte de encierro para estudiar una oposición. Un despacho diseñado para estudiar es la opción más aconsejable. Olvida eso de instalar tu zona de estudio en una cocina o en un salón, donde es posible que exista tránsito de personas, ruidos interiores y exteriores. Compartir apuntes con un frigorífico o una tele no es, para nada, la opción más correcta.
Generalmente el opozulo suele compartir espacio con el dormitorio. Si es tu caso, redefine el espacio y marca límites. Establece un área claramente definida para el estudio y otra para el descanso y evita la tentación de cambiar constantemente de ambiente. Haz que tu escritorio sea un lugar de preparación de oposiciones fácilmente reconocible y que te transmita un mensaje positivo, de orden y armonía. Donde te apetezca comenzar diariamente una nueva y larga jornada de estudio.
Busca la luz natural aunque esto choque de lleno con la verdadera esencia de la palabra «zulo» que da origen a este neologismo (generalmente subterráneo y muy oculto). Las largas horas de estudio serán mejores si entra luz natural por la ventana. Tu ánimo, y tu vista, los cuales exprimirás al máximo, lo agradecerán y notarás como el esfuerzo será más llevadero que si el estudio lo realizas en un lugar completamente cerrado únicamente iluminado por flexo o lámpara de luz artificial. Es más, aprovecha todo lo que puedas las horas de luz…así que ¡madruga! para que cuando el sol haga acto de presencia, te pille comenzando a estudiar.
Si tu opozulo es un opozulo en toda su magnitud, bien cerrado y sin opción a ser ventilado, trata de que la luz artificial señale el punto contrario al de la mano con la que escribes para así evitar sombras. Procura usar luces frías para estudiar de día ya que dañan menos la vista y benefician a la concentración. Y luces cálidas de noche, para reducir el cansancio. Pero sobre todo que no superen los 40-60 vatios para una iluminación óptima de tu espacio de trabajo.
Procura que tu escritorio esté limpio y organizado. Tu madre también te lo diría. No solo el escritorio, toda tu habitación debe ser un ejemplo bastante aproximado de orden y pulcritud. A ser posible, cuanto más minimalista y diáfano sea, mejor, puesto que evitarás distracciones innecesarias mirando a ese marco de fotos que te recuerda las vacaciones en la playa con tu pareja del pasado verano, observando en la estantería esa novela que tanto te gustó y en la que te zambullirías de nuevo o esa radio que pide a gritos ser encendida para hacer sonar tus canciones favoritas. Estos ladrones del tiempo no te sirven de nada en estos momentos, así que, si puedes hacerlo, deshazte de ellos por un tiempo.
Si la mesa de estudio de tu opozulo cuenta con todo lo necesario (y nada más que lo necesario), bien organizado y estructurado y con todo el material accesible (libros, apuntes, folios, lápices), mucho mejor. Procura que tu mesa mire a una pared blanca y pura, especialmente si eres de los que pierde la concentración con el vuelo de una mosca. O bien, ubícate mirando hacía una ventana si necesitas aprovechar la luz natural, siempre y cuando no sepas gestionar el impulso irrefrenable de contar cuántas personas andan por la calle, a través de la ventana.
Volvemos a insistir en la organización por una sencilla razón; si buscas algo que no encuentras, (un libro, unos esquemas concretos, un estuche de rotuladores o marcadores) perderás un tiempo precioso de estudio. Conoce tu opozulo a fondo sabiendo dónde está cada material que vayas a necesitar. Para tal misión puedes comprar entre las infinitas soluciones de oficina que existen en el mercado; clasificadores, cajoneras, archivadores, bandejas de escritorio para documentos…
Esta es una cuestión fundamental para todo buen opositor que se precie. Si has elegido un asiento incomodo para acompañarte en tus jornadas pre-opositoras notarás como tu concentración y productividad se difumina rápidamente. Querrás levantarte, moverte, estirar las piernas, cambiar de postura a cada momento. Podrás tener dolores de espalda, lumbago o cervicales. Con las pérdidas de horas de estudio que esto puede ocasionar. Así que una de tus primeras decisiones a la hora de añadir mobiliario al opozulo es elegir la silla de estudio correcta: ergonómica, adaptada a tus medidas y forma corporal, con o sin soporte lumbar según sea el caso.
Aunque la palabra «zulo» suene a lugar frío e inhóspito, el «opozulo» debe ser justamente todo lo contrario, una zona de temperatura agradable y bien ventilada. Si cuentas con sistemas de climatización y/o calefacción en tu habitación regula el termostato para que ronde los 20-21 grados de manera constante. Si no, busca una ropa cómoda y de tu agrado con la que mantener tu temperatura interior óptima para no tener preocuparte nada más que por estudiar. Procura ventilar diariamente para renovar el aire y conseguir un espacio más limpio e higienizado.
Tener un reloj o cronómetro cerca, en tu opozulo, será de gran utilidad porque…¿cuántas veces coges el móvil al cabo de una jornada de estudio para mirar qué hora es con las posibles distracciones que eso puede conllevar? Evítalas teniendo un reloj de pared o de escritorio a mano. Mide tus tiempos de tu estudio, calcula de manera fácil y rápida cuándo es el siguiente descanso, se consciente de tus progresos diarios.
Un amante del Feng Shui aplicado al estudio, te diría que integrases la naturaleza en tu opozulo para lograr un equilibrio y armonía en el ambiente. Este mantra nos dice que tener una planta cerca favorecerá la comunicación, alegría o inspiración. En definitiva, notar el bienestar y la calma alrededor de ti, para un mejor y más provechoso rendimiento, concentración y capacidad de memorización.
Hay numerosos opositores seguidores de esta filosofía oriental, cuyos principios se basan en la ocupación consciente y armónica de las estancias. En realidad, todos los consejos que te hemos dado a lo largo de este post bien pueden encajar en esta técnica cuyo objetivo es encontrar una energía positiva que te ayude a conseguir tu meta y donde luz, orden, flora, colores, aromas se juntan para mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés, reforzar la creatividad y la productividad…cuestiones todas fundamentales de cara a obtener el éxito en una oposición.
Si estás preparando una oposición y tu «opozulo» no cuenta con alguno de estos tips…estás a tiempo de hacerlo. Mejora tu espacio para rendir al máximo y lograr esa plaza en educación, sanidad o justicia que tanto ansías.
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