Hablamos en este artículo de consejos para la concentración en nuestro estudio de cara a una oposición. Nuestra capacidad de atención y concentración no es siempre la misma. Bien por el cansancio acumulado, falta de sueño, por preocupaciones externas o simplemente porque el día no nos acompaña, en ocasiones encontramos muy complicado focalizar nuestra atención en el proceso de estudio, completando jornadas de preparación de una oposición poco o nada productivas.
Somos seres humanos y no máquinas y es normal flaquear cada cierto tiempo. No debemos martirizarnos ni frustrarnos cuando esto ocurra, aunque sí debemos saber detectar si existe en nosotros una tendencia reiterada a la distracción, a atender estímulos que nos alejan de nuestro objetivo de estudio, a interrumpir con excesiva frecuencia dicho estudio. En esos casos será preciso actuar para no perder nuestra atención y concentración, para ser eficiente en la preparación de una oposición y poder alcanzar nuestro objetivo de conseguir una plaza.
En este post queremos darte una serie de consejos para no que no te pierdas en el camino. ¿Quieres ganarle la partida a tu falta de concentración? Pues sigue leyendo.
Indice de contenidos
Un estudio realizado en Canadá en el año 2015 por la firma Microsoft, afirmó que la capacidad de atención del ser humano se está modificando. Es decir, cada vez nos resulta más complicado mantener la concentración o atención prolongada en un asunto concreto.
Este estudio fue realizado sobre personas continuamente expuestas a dispositivos electrónicos, con hábitos de consumo de medios digitales o redes sociales donde prima la inmediatez de la información, lo que demuestra que el consumo digital, unido a la habilidad del humano en la multitarea han provocado lapsos de atención cada vez menores.
La búsqueda constante de novedades (un whatsapp recibido, un comentario en una red social, una noticia, un me gusta) que nos brindan las nuevas tecnologías activan la dopamina en nuestro cerebro, haciendo que consigamos una sensación positiva de recompensa. Un logro que en la mayoría de ocasiones implica haber perdido la concentración en aquello que estábamos haciendo.
Y es que, por ejemplo, actualmente dedicamos una media de 3 horas diarias a nuestro teléfono móvil, desbloqueándolo un promedio de 200 veces al día. Un elemento cotidiano que afecta directamente sobre nuestra capacidad de atención y, por tanto, a la falta de productividad en las tareas.
Esa adicción o propensión a los nuevos estímulos del siglo XXI suponen una piedra en el camino de muchos opositores que sienten el desequilibrio en su eficiencia y dedicación al estudio, lo que conlleva a dudas respecto a su compromiso con el proyecto y alteraciones de su estado físico y emocional.
Pero hay maneras de trabajar en la concentración, ya venga motivada por el uso de nuevas tecnologías o por otros factores.
Hacer varias cosas a la vez requiere de una gran automatización y habilidad y no siempre resulta la mejor opción puesto que nuestra atención puede tender a dividirse entre ambas acciones perdiendo la eficiencia sobre ellas.
Por supuesto no hablamos de estudiar y mirar el móvil a la vez, algo que deberías prohibirte desde el minuto uno de tu jornada de estudio, sino de realizar dos acciones enfocadas al estudio de manera simultánea o incluso, alterna. Por ejemplo, si estás realizando un simulacro de tipo test para poner a prueba tus conocimientos adquiridos, lo recomendable es realizarlo de principio a fin y no ir comprobando los aciertos o errores tras responder cada una de las preguntas planteadas.
Centrar tu atención en una única tarea te ayudará a interiorizarla mejor.
Ya hemos hablado previamente en este blog de los ladrones del tiempo. Sin duda son uno de los grandes enemigos del opositor. Incitadores de la distracción que nos alejan de nuestras metas de una manera silenciosa. Pueden ser internos o intrínsecos si provienen de nosotros mismos; miedo al fracaso, perfeccionismo, procrastinación, la falta de asertividad. O externos; internet, la televisión o el smartphone. Conviene detectarlos a tiempo y poner medidas para que no consigan actuar negativamente sobre nuestra preparación de oposiciones.
Ya lo dice la expresión latina, «mens sana in corpore sano«. A corto, a medio o a largo plazo. Hazlo como prefieras,pero descansa.La desconexión física y mental será fundamental para que tu cerebro rinda en plenitud durante las horas dedicadas al estudio. Establece los descansos en proporción al tiempo de estudio y procura que ese descanso sea de calidad. Comprobarás como tu rendimiento mejora al volver a sentarte frente a tus apuntes y temas.
¿Verdad que es más aburrido dedicar toda una jornada de estudio a realizar esquemas que distribuir el tiempo entre esquemas y repasos? Planifica bien, establece horarios y tareas para beneficiar a tu concentración. Piensa que el mayor rendimiento que se puede extraer de una misma tarea se realiza en sus primeros 30 o 60 minutos y que el resto de tiempo la atención es menor. Evita caer en el hastío al dedicar demasiadas horas a una misma actividad.
La tecnología puede ser un enemigo en tu oposición pero también un aliado. Existe un buen número de apps, programas o add-ons capaces de ayudarte a no perder la atención. Por ejemplo, la aplicación para la barra de menú, Isolator! (unicamente disponible para Mac) esconde escritorio, iconos y aplicaciones, dejando solo a la vista el documento con el que se está trabajando. El programa Freedom consigue que no puedas conectarte a internet por el tiempo que así lo hayas programado. O la extensión para Google Chrome, StayFocusd, te permite configurar un límite de tiempo sobre aquellas redes o sitios donde sueles perder el tiempo con facilidad.
Retarte a ti mismo con pequeños objetivos diarios o semanales a cumplir, será de gran ayuda para focalizar tu atención. Establece objetivos reales, ten fuerza de voluntad y motívate a ti mismo a cumplir con tus propósitos. Comprobarás cómo mejora tu concentración cuando hay una meta visible y alcanzable a corto plazo. Sigue la aplicación de la Ley de Parkinson para crear buenos hábitos de estudio.
Parece obvio pero no todo opositor cumple este punto. Si pudiésemos observar espacios y mesas de estudio de diferentes opositores encontraríamos grandes arquitecturas con objetos que casi nunca son de utilidad. Es importante eliminar del entorno de estudio todo elemento que suponga una distracción y evitar sobrecargar el área de trabajo. Hay que estar lo más cómodo posible, teniendo a mano todo lo necesario para el correcto desarrollo del estudio (ese bolígrafo rojo que falta, esos folios que están en otra habitación, etc. también hacen que perdamos la atención). Analiza tu zona de estudio y detecta los distractores antes de comenzar a preparar tu oposición.
Muchas veces es inevitable estar preocupado por tu familia, tu pareja, la salud o el aspecto social o económico. Muchos agentes externos juegan sobre nuestras emociones y ello repercute de lleno sobre nuestra concentración, la cual disminuye afectando sobre nuestro buen progreso en el estudio. Trabaja sobre ella. Trata de conocerte a ti mismo para manejar tus emociones. Concéntrate en pensamientos optimistas, imagina el éxito que supondrá aprobar tu examen y las buenas situaciones que generará, para no perder tu atención en el estudio. Realiza respiraciones controladas cada cierto tiempo y haz ejercicios de relajación muscular.
Tener hambre o llevar una dieta poco saludable también pueden crear problemas de concentración. La falta de nutrientes y/o energía afecta a nuestros recursos cognitivos impidiendo el proceso normal de atención y de estudio. Existen una serie de alimentos que son beneficiosos para nuestro cerebro y que, por tanto, se recomiendan en pleno proceso de preparación de una oposición como, por ejemplo, el salmón, los frutos secos, huevos, lácteos o la fruta. Mantén una dieta sana y equilibrada, cuida la hidratación y combínala, a ser posible, con algo de ejercicio físico.
¿Te concentras mejor escuchando música o sin ella? ¿Rindes más en jornadas de mañana o de tarde? ¿Cuántas horas necesitas dormir para ser 100% productivo? ¿Estudias mejor en casa o en una biblioteca? Nadie te conoce mejor que tú, así que trata de hacer un ejercicio de autoanálisis para descubrir cuándo, dónde y cómo estudias mejor para minimizar las pérdidas de atención y concentración.
Aplicando todos estos consejos seguro que podrás convertirte en un mejor estudiante. Si has leído este artículo sin haber apartado la mirada de él en ningún momento, ¡enhorabuena! ya tienes un camino hecho.
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