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No es la primera vez que hablamos en este blog de las bondades del descanso durante la preparación de oposiciones. Dormir las horas necesarias o detener nuestra rutina de estudio para hacer algo de ejercicio son decisiones inteligentes cuando de reponerse y recuperar la energía para cumplir debidamente con nuestras jornadas de estudio se trata.
Si bien, más allá de nuestras horas del día dedicadas al descanso, están las propias pausas durante el estudio, fundamentales para que nuestro cerebro rinda plenamente en la preparación de oposiciones; sin embargo, estas pausas para el descanso pueden llegar a ser un arma de doble filo. ¿Cuántas veces no te has dejado llevar durante un descanso de estudio hasta distraerte con otras ocupaciones o hobbies y decidir no continuar con la jornada de estudio que detuviste?
En este artículo queremos contarte cómo debes efectuar las pausas durante la preparación de oposiciones, los tipos de descanso que existen, el mejor modo de planificarte y como no perder la motivación durante ellas.
Indice de contenidos
Tengamos una premisa clara; las jornadas de preparación de una oposición deben dividirse en estudio+descanso. Es cierto que el tiempo empleado para cada una de ellas no debe ser equitativo, pero sí proporcional. Cuantas más horas pases sentado frente a apuntes y temarios, más rato dedicado al descanso deberás guardar.
Segundo requisito a cumplir; la pausa debe servir de desconexión física y mental. Eso de descansar del estudio en la misma silla o escritorio en el que estudias, mirando el móvil o las redes sociales no sirve de mucho. Es necesario levantarse, cambiar de espacios, estirar las piernas, hablar con alguien, tomar algo de aire. Cualquier actividad que se aleje lo máximo posible de lo que ya haces durante todo el día en tu pequeño rincón de estudio.
Y una tercera condición; el descanso no se negocia. Hay que respetarlo. Cumplirlo a rajatabla teniendo en cuenta que para él también existen ciertos límites. Un descanso debe durar su tiempo justo, ni acortarlo ni exceder su duración hasta perderse en el camino con otras distracciones.
Para todo ello es importante saber organizar los descansos. Y para organizar los descansos es imprescindible conocer y distinguir entre los tipos de pausas de estudio que pueden existir.
Podemos establecer una distinción de descansos de estudio entre descansos a corto, medio y largo plazo.
Está probado que estudiar durante períodos prolongados puede llevar a la fatiga mental, reduciendo la capacidad de concentración y atención. Los descansos breves ayudan a «reiniciar» el cerebro, lo cual es esencial para mantener un nivel óptimo de esa concentración y rendimiento cognitivo, además de ayudar a reducir la tensión mental y emocional acumulada durante las sesiones de estudio.
Cuando hablamos de descansos a corto plazo, lo hacemos de aquellos que realizamos en nuestra rutina habitual de estudio diario. Para planificarlos correctamente es necesario contar con una buena organización de estudio. Saber de antemano cuantas horas dedicaremos al día a hincar los codos frente a los apuntes nos ayudará a establecer unos descansos preestablecidos. Por ejemplo, si tus jornadas de estudio ocupan 6 horas al día, es importante hacer varios descansos durante la misma. Una proporción de 15 minutos de descanso por 45 de estudio sería un buen reparto.
Si, en cambio, puedes emplear menos horas de tu día a estudiar, intenta repartir menos descansos a lo largo de ellas. Puedes aplicar la llamada técnica del Pomodoro para maximizar la atención y eficiencia en el estudio y que sugiere periodos de estudio de 25 minutos seguidos de un descanso de 5 minutos, con un descanso más largo cada cuatro ciclos.
Es evidente que estudiar durante horas puede ser sedentario. Los descansos a corto plazo son oportunidades para moverse, estirarse y cuidar la postura, lo cual es importante para evitar dolores de espalda, de cabeza y otros problemas físicos asociados con permanecer sentado por largos períodos.
Si te enfrentas, además, a una de esas duras jornadas de estudio con temas más intensos y complejos, lo ideal es que aumentes los minutos de descanso. Si lo haces, notarás como regresas a tus sesiones de estudio con energía renovada y, a menudo, con nuevas perspectivas o soluciones a problemas que te parecían difíciles antes del descanso.
Las semanas laborales tienen sus días de descanso, ¿verdad? Pues si asimilamos la preparación de una oposición a un trabajo, esta también debería tener su correspondiente paréntesis. Los descansos a medio plazo son aquellos relacionados con la organización semanal de nuestro estudio. Y en ella no es recomendable estudiar los 7 días de la semana. Reservar un día concreto o dos (a criterio del consumidor, es decir, quien mejor te conoces eres tú mismo) para desconectar, pasar tiempo con tu familia, practicar deporte, ir al cine o hacer todas esas tareas que el resto de días no puedes hacer, debería ser algo obligatorio.
Los descansos a medio plazo permiten una desconexión más profunda del material de estudio, lo que ayuda a aliviar el estrés mental acumulado y reduce el riesgo de agotamiento. Al alejarte del entorno de estudio por un tiempo más prolongado, le das a tu cerebro la oportunidad de recargarse completamente. Y es que el estudio intensivo durante períodos largos puede hacerte sentir como si estuvieras en un ciclo interminable de esfuerzo sin recompensa.
Los descansos a medio plazo, como un día libre o un fin de semana sin estudiar, pueden actuar como una especie de «recompensa» que te ayuda a mantener la motivación a lo largo del tiempo.
Una buena idea puede ser programar un fin de semana sin estudio cada dos o tres semanas para que puedas proporcionarte un respiro necesario y ayudarte a recargar energías. O dedicar un día a actividades completamente ajenas al estudio, como excursiones al aire libre, visitas a museos, o simplemente un día de relax en casa, sin ninguna agenda.
Puedes hacerlo en fin de semana o fuera de él. La división de los descansos semanales es cosa tuya, pero recuerda…son innegociables.
Ni días, ni semanas, ni quizá tampoco meses completos, pero sí periodos de tiempo algo más largos de lo habitual. Los descansos a largo plazo son asimilables a las vacaciones laborales. Cada cierto tiempo necesitas romper con tu rutina y volver como nuevo a tus tareas frecuentes. Con la preparación de oposiciones, aunque pueda no parecerlo, también puedes permitirte tomarte un puente libre, descansar en Semana Santa o Navidad, o realizar un pequeño viaje de más de un par de días. Pero siempre has de tener en cuenta no excederte en ellas.
El propósito principal de un descanso a largo plazo es permitir una desconexión completa y recuperación profunda. Esto es especialmente importante en situaciones de alta demanda cognitiva y emocional, como preparar y presentar una oposición. Contrario a la creencia popular de que «más es mejor», en términos de productividad, a menudo «menos es más». Descansar adecuadamente puede resultar en un rendimiento mejor y más sostenido a lo largo del tiempo.
Hay que tener en cuenta una serie de consejos o recomendaciones antes de tomarte un descanso a largo plazo
Y sobre todo, disfruta de los descansos a largo plazo, no sufras porque no se trata de tiempo perdido sino de un pequeño impulso hacía tu objetivo.
Reflexionar sobre el proceso de preparación y descanso te permitirá identificar áreas de mejora y ser consciente de los beneficios mentales y anímicos de este descanso durante el estudio de unas oposiciones. Está claro que reconectarse con intereses personales, pasatiempos y relaciones sociales mejoran el bienestar general a diferentes niveles. Al incorporar descansos cortos, medios o prolongados en el calendario de preparación de una oposición, los estudiantes podrán lograr un enfoque más equilibrado y sostenible para la preparación de su oposición, lo que en última instancia conduce a un mejor desempeño y al éxito general.
Por tanto, una buena organización de las jornadas de estudio conlleva también la de sus correspondientes descansos. Por eso debes prestar atención a liberar el estrés y cargar las pilas para optimizar tu rendimiento, siempre teniendo en consideración que el descanso debe ser de calidad; así que esfuérzate tanto en estudiar, como en que tu descanso sea pleno. Ambas decisiones allanarán el camino hacía el éxito de tu oposición.
Y recuerda, con los descansos multiplicarás tus probabilidades de éxito, como también con la formación online homologada de APPF. Cursos homologados para oposiciones que te aportarán puntos extra para mejorar tu baremo y conseguir así tu ansiada plaza.
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