¿Alguna vez has tenido la sensación de no ser suficientemente bueno para conseguir la plaza?
¿Has creído que estudies lo que estudies no avanzas y que da igual lo que hagas que nunca llegarás a conseguirlo? A ese sentimiento se le denomina Síndrome del Impostor y somos muchos los opositores que lo sufrimos en algún momento.
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¿Qué es exactamente el síndrome del impostor?
Se trata de un trastorno psicológico caracterizado por el sentimiento de ser un farsante, bien porque no creemos merecer lo que tenemos o porque no nos vemos suficientemente preparados para conseguirlo.
Se trata de un problema muy común entre los opositores, ya que nos sentimos continuamente juzgados y comparados con otras personas. Cuando decides prepararte las pruebas, o estas en proceso de preparación, te comparan (y te comparas) con alguien que aprobó o sacó plaza a la primera; mientras estudias, juzgan (hoy te juzgas) si descansas, si estudias poco o mucho, si aprovechas o no aprovechas el tiempo…
Cuando haces el examen te dicen que con todo el tiempo que has dedicado, cómo no vas a aprobar…y si suspendes, sientes que estas “fallando” a los que te apoyaron; por no hablar de todos los “opozulos”, sistemas de estudio perfectos y horas dedicadas al estudio que encuentras en redes sociales y con los que nos comparamos constantemente.
Al fin y al cabo, el miedo al fracaso está ahí y, si no luchamos en su contra podemos llegar incluso al auto sabotaje.
¿Cómo enfrentarse al Síndrome del Impostor?
Si te has sentido identificada o identificado con el inicio de este artículo, el primer paso es reconocer que tienes este problema, asumirlo y no sentirte culpable, es algo que sucede a muchas personas.
También es importante que cuentes con un amigo, un familiar o un terapeuta, alguien de confianza a quien poder contar cómo te sientes, que te ayude a sentirte mejor y te apoye durante el largo y difícil proceso, sobre todo en tus momentos más vulnerables.
Cuando sientas que no mereces todos los avances que has conseguido o no te veas capacitado para lograr el éxito, recuerda todo el esfuerzo y logros que has conseguido hasta el momento. Así verás con otra perspectiva la realidad y te ayudará a darte cuenta de que alcanzar la meta es posible y que te lo mereces. Para ayudarte a focalizarlo puedes crear un registro de logros en tu agenda, o mejor aún, en alguna pared del opozulo, así lo verás siempre que te sientes a estudiar.
¿Qué errores cometemos al comenzar a estudiar?
Un error que cometemos al empezar a estudiar es fijarnos metas imposibles de cumplir, demasiado altas y exigentes que no hacen más que frustrarnos y hacernos sentir que fracasamos. Es importe fijarse metas alcanzables y medibles, así podremos ver mejor los resultados. No hay que ser perfecto ni machacarse para tener éxito, alcanzar pequeños objetivos cada vez, no significa que no te esfuerces o no lo vayas a conseguir.
Además, recuerda que cada persona es un mundo, tenemos vidas, compromisos y ritmos diferentes. No te compares con los demás ni permitas que te comparen, eso sólo te llevará a sentirte peor contigo mismo. Enfócate en tus propias metas, en conseguir tus objetivos y no en lo que hacen, dicen, enseñan u opinan los demás.
Y lo más importantes, si crees que el Síndrome del Impostor está afectando a tu salud mental o no te ves preparado para superarlo por ti mismo, busca ayuda profesional. No dudes en recurrir a un psicólogo que te ayude a desarrollar mecanismo de afrontamiento, a gestionar el estrés de forma saludable y a trabajar tu autoestima y confianza en ti mismo.
En definitiva, aunque la superación personal, la autocrítica y la autoexigencia forman parte de la oposición y en dosis normales y buenas nos permiten mejorar; cuando los límites se sobrepasan se transforman en estrés permanente, frustración y enfado que van minando la autoestima.
Recuerda que estás estudiando, preparándote, y aunque la plaza es a lo que aspiras, no puedes lograrlo a costa de tu salud.
