Dentro del proceso de aprendizaje, la evaluación juega un papel primordial para conocer la medida en que se cumplen los objetivos educativos marcados. Gracias a ella podemos determinar las necesidades globales e individuales en el aula y, de este modo, actuar en consecuencia para fortalecer el aprendizaje, adaptar las metodologías o reformular los objetivos a alcanzar. La evaluación ofrece al docente información y datos de enorme valor para poder optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Entre las distintas técnicas que ayudan a realizar una evaluación idónea para conocer el nivel cognitivo adquirido en una asignatura está la denominada Taxonomía de objetivos de Bloom. Descubramos sus principios.
Indice de contenidos
¿Qué es la Taxonomía de Bloom?
En 1956, un equipo de pedagogos de las diferentes etapas educativas y liderado por el pedagogo Benjamin Bloom publicó un trabajo titulado “Taxonomía de objetivos educacionales” con el cual se establecían una serie de objetivos o jerarquía de conocimientos que todo alumno debe alcanzar en una materia o asignatura determinada y que se clasificaban según su complejidad. Desde aquellos con un nivel de complejidad bajo como conocer, comprender o aplicar, hasta los más complejos como analizar, evaluar o crear. A su vez, la taxonomía de Bloom atiende a tres aspectos en los que el alumno debe progresar y mostrar evolución para favorecer el correcto proceso de aprendizaje; el ámbito cognitivo, psicomotor y afectivo.
Cumpliendo estos objetivos se considera que el individuo está alcanzando un desarrollo integral a nivel educativo que le formará adecuadamente para el desarrollo posterior de sus actividades profesionales y sociales, favoreciendo su autonomía y capacidad para la resolución de problemas.
Esta taxonomía fue diseñada para ayudar a docentes y profesionales de la educación a clasificar objetivos y metas educativas y su gran base reside en las teorías del cognitivismo y conductismo.
¿Quién fue Benjamin Bloom?
Benjamin Bloom fue un psicólogo y pedagogo norteamericano, Doctor en Educación por la Universidad de Chicago que trabajó durante toda su carrera en el estudio del aprendizaje y el desarrollo cognitivo. Llegó a ser asesor en materia educativa de gobiernos como los de Israel o India. Estudió las operaciones mentales del individuo para establecer una clasificación de complejidad creciente y cuyo desempeño por parte del alumno ofrece la información sobre la consecución de objetivos educativos.
Bloom fue también presidente de la Asociación de Psicología Americana y publicó diferentes trabajos en torno a la evaluación educativa como «La Inocencia en Educación: La educación a través de 25 años de Investigación» (1973), «Manual de evaluación formativa y acumulativa del aprendizaje del alumno» (1973), «Manual de evaluación formativa del currículo» (1976) o «Nuevos juicios sobre el aprendizaje: implicancias para la enseñanza y el currículo» (1978). Siendo su obra más importante «La Taxonomía de Bloom de habilidades de pensamiento» publicado en 1956 con el fin de ayudar a los docentes en su tarea, definiendo los objetivos pedagógicos a alcanzar dentro del aula.
Los dominios de la Taxonomía de Bloom
Es posible encontrar tres dominios o áreas de actividad a trabajar por el alumno; el dominio cognitivo o de las habilidades mentales, el dominio afectivo o de desarrollo de emociones o el dominio psicomotor o de destrezas motoras. A cada uno de estos dominios se le asignaron, a su vez, distintas categorías o niveles.
El afectivo hace referencia a cómo el alumno reacciona emocionalmente frente al contenido educativo expuesto. El psicomotor está relacionado con la destreza a la hora de manipular o controlar herramientas y el cognitivo habla de la comprensión de la nueva información y la capacidad crítica y de pensamiento del alumno.
El dominio afectivo
También conocida como la Taxonomía de objetivos educativos de Krathwohl y desarrollada por Krathwohl, Bloom y Masia en 1973, este dominio afectivo comprende los objetivos emocionales, de sentimientos, actitudes, prejuicios, apreciaciones o valores del alumno. Ya no solo los de uno mismo, sino también de los demás. Dentro de él pueden establecerse cinco subniveles:
Recepción
Es el primer paso, estrictamente necesario, para que el alumno pueda predisponerse a aprender de los estímulos. Consiste en ser consciente de los fenómenos, ideas o propuestas educativas y estar dispuesto a prestar atención y observar las emociones y actitudes propias y ajenas.
Respuesta
El dominio afectivo requiere de una participación activa del alumno, el cual debe atender a estímulos (recepción) y reaccionar ante ellos.
Valoración
El alumno asignará valores a objetos, informaciones, fenómenos, etc.
Organización
En este nivel, el alumno o alumnos organizarán las informaciones o ideas captadas junto a las ya adquiridas, contrastándolas, comparándolas o relacionándolas para formar sus propios valores.
Caracterización
El alumno dará caracterización a los valores aprendidos, es decir actuará en consecuencia a ellos.
El dominio psicomotor
El movimiento físico, la coordinación, las destrezas o habilidades motoras del individuo en el desarrollo del aprendizaje son las que intervienen en este nivel. Este nivel fue apenas enunciado por Benjamin Bloom pero sí definido y desarrollado posteriormente por distintos autores, entre ellos la Doctora Elizabeth Simpson en 1972, «La clasificación de los objetivos de la educación en el dominio psicomotor».
En los diferentes estudios del dominio psicomotor se habla de frecuencia, tiempo y esfuerzo para determinar el grado de habilidad psicomotora del individuo, es decir, la cantidad de veces en que se realiza este aprendizaje psicomotor, el esfuerzo que se emplea en realizar una determinada actividad y el tiempo que se requiere para ello.
Entre sus subniveles podemos encontrar:
Imitación
Son aquellos movimientos que el individuo ejecuta a consecuencia de ver a otro individuo realizarlos previamente. Se trata de la primera etapa para el aprendizaje de una destreza.
Manipulación
Es la habilidad para realizar determinadas acciones en base a unas instrucciones previamente definidas.
Precisión
A mayor ejercicio de una destreza, mayor nivel de perfección y menos errores cometidos. La precisión marca el grado de destreza con que se realiza un movimiento.
Control
El control consiste en realizar aquellos movimientos previamente realizados con precisión de un modo continuo y voluntario.
Automatización
Tras adquirir precisión y control en la ejecución de movimientos, estos pueden realizarse de una manera rápida y fluida además de no meditada.
Las seis categorías de la Taxonomía de Bloom a nivel cognitivo
El dominio cognitivo de Bloom hace referencia al aspecto intelectual de los alumnos y establece una categorización de seis niveles de complejidad a alcanzar y a su vez asigna a cada uno de ellos una serie de verbos que ayudan a construir sus respectivos objetivos e identificar así las mejores acciones asociadas a cada nivel o categoría
Recordar
En base al material previamente conocido es la capacidad de recordar aquellos procesos, ideas, estructuras, hechos, fechas, lugares, eventos, etc. que forman parte de la memoria a largo plazo. Es decir, reconocer, recordar, enumerar, nombrar, citar, memorizar, identificar…
Comprender
Es la capacidad para entender o captar el significado o esencia de un concepto, documento, materia, etc. Es decir, comprender lo que se le comunica y procesarlo adecuadamente, permitiendo trasladar el conocimiento a nuevos contextos. Algunos de sus verbos pueden ser; predecir, asociar, estimar, diferenciar, extender, describir, resumir, interpretar, discutir, contrastar, explicar o comparar.
Aplicar
Respecto de los conocimientos anteriormente adquiridos y los conocimientos interiorizados y comprendidos, el alumno puede aplicarlo en otros contextos, bien para solucionar problemas, resolución de conflictos, etc. El alumno manejará los datos previamente conocidos para un fin concreto. Los verbos de esta habilidad son; demostrar, aplicar, completar, examinar, modificar, relatar, clasificar, descubrir, resolver, calcular.
Analizar
Con toda la información manejada, el análisis supone contrastar esa información, poder organizarla, diferenciarla de otra. Desglosarla y entender la relación existente entre toda la información. Este nivel es superior a los anteriormente mencionados pues requiere no solo del conocimiento de la información, sino también de su estructura. Separar, ordenar, explicar, dividir, comparar, seleccionar o arreglar son algunos de sus verbos.
Evaluar y/o sintetizar
Sintetizar es recopilar toda la información de distinta procedencia y relacionarla, mientras que evaluar consiste en exponer y emitir opiniones o juicios en base a ella. Sus verbos pueden ser, entre otros; medir, evaluar, premiar, seleccionar, influir, juzgar, defender, comparar, decidir, valorar, recomendar, concluir, etc.
Crear
En último lugar (y añadido con posterioridad según los estudios de Krathwohl y Anderson) podemos encontrar el nivel de creación que consiste en reunir conocimientos o ideas para generar o crear algo nuevo. En este nivel verbos como construir, añadir, componer, formular, reescribir, planear, adaptar o estimar son algunos de los más empleados.
La tabla de verbos de Bloom
Como hemos podido comprobar anteriormente el verbo está muy presente en los niveles de la Taxonomía de Bloom descritos, pues son un excelente indicador de las acciones que se esperan en el proceso de aprendizaje. Para poder definir correctamente cada uno de los objetivos del aprendizaje en cada una de las categorías señaladas por Bloom han de usarse verbos diferentes. Si bien, estos verbos fueron incluidos en revisiones posteriores de esta Taxonomía como la realizada por Anderson y Krathwohl en 2001, pues en un principio se utilizaban sustantivos en su lugar.
En definitiva, la Taxonomía de Bloom es una excelente herramienta para ayudar al desarrollo de los objetivos de aprendizaje que los jerarquiza y expone de manera ordenada para el alcance de las etapas o niveles adecuados. Para entender es preciso recordar, para aplicar debes comprender, para evaluar es necesario analizar. Y para poner en práctica en el aula el dogma de Bloom puedes utilizarlo en el diseño de actividades educacionales basándote en el conocimiento (formulando preguntas que ayuden a descubrir los conocimientos del alumno) la comprensión (preguntando para conocer su nivel de comprensión), ofreciendo escenarios de aprendizajes para la toma de decisiones para así descubrir la capacidad de aplicación del alumno o proponiendo actividades en las que los alumnos evalúen a sus compañeros.
La Taxonomía de Bloom tiene una gran valía para el campo educativo. Tenlo siempre muy presente.