Unos de los valores que suelen reflejarse en los resultados de un análisis de sangre es el de la creatinina, una sustancia que forma parte de nuestros músculos y que hace que estos funcionen correctamente. Esta sustancia es producida constantemente por nuestro organismo siendo eliminada como desecho a través de la orina. Cuando existen problemas a la hora de excretar la creatinina que los músculos generan diariamente suele ser una señal indicativa de una posible insuficiencia renal.
Entendamos un poco mejor qué es la creatina y su función básica dentro de nuestro metabolismo.
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¿Cuáles son los valores normales de creatinina?
A la hora de interpretar los valores de creatinina que arrojan los resultados de una analítica de sangre es conveniente saber cuáles son esos valores normales en sangre según el sexo y edad de la persona. Solo de esta manera se podrá determinar si contamos con unos niveles de creatinina altos o bajos y saber de la existencia de alguna enfermedad en el riñón.
Generalmente, estos valores suelen oscilar entre 0,5 a 1,1 o 1,2 mg/dl en mujeres, 0,6 y 1,4 mg/dl. en hombres y 0,2 y 1 mg/dl. en niños. Como se puede comprobar, a músculos más desarrollados, mayores valores de creatinina en sangre, de ahí que esta sustancia sea superior en hombres que en mujeres.
No obstante, en ocasiones estos valores pueden superarse sin que ello signifique que exista una enfermedad renal. Es por ejemplo, en aquellos fisioculturistas o deportistas que mantienen una alta actividad muscular.
Igualmente, hay situaciones en que los valores de creatinina baja no tienen porqué ser una muestra de lesiones renales. Las mujeres en periodo de embarazo o enfermos hepáticos pueden tener índices bajos y, sin embargo, no tener ningún problema en sus riñones. También en personas con distrofia muscular que hayan perdido masa en sus músculos.
Diferencias entre creatinina alta y baja
Una concentración baja de creatinina, inferior a los valores anteriormente indicados, puede señalarnos posibles enfermedades renales, problemas musculares o neuromusculares. Por su parte, una concentración alta también nos indicará un incorrecto trabajo en los riñones, los cuales son incapaces de eliminar esa sustancia, bien por cálculos en las vías urinarias, insuficiencias renales, deshidrataciones, etc.
Algunos de los síntomas que nos avisan de un caso de creatinina alta pueden ser:
- Cambios en el color de la orina.
- Cansancio físico.
- Hinchazón en piernas y brazos.
- Dificultades al respirar
- Sensación de angustia, mareos y vómitos.
Síntomas como dolores musculares frecuentes, cansancio o dificultades de movilidad en piernas y brazos, pueden asociarse a niveles bajos de creatinina.
Cualquier persona que sufra estos síntomas debe someterse a un examen a través de una extracción de sangre, especialmente deberán hacerlo aquellas personas que sufran hipertensión o diabetes, personas con obesidad, anemia o edemas de origen indefinido, con historial familiar de glomerulonefritis, insuficiencia en riñones poliquísticos, o que sufran reiterados problemas de infección urinaria y cálculos renales.
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¿Qué es la depuración o aclaramiento de creatinina?
Cuando un profesional de la medicina piensa que pueda existir algún problema en los riñones, tras realizar el correspondiente análisis de sangre, podrá solicitar una depuración de creatinina. Esta se llevará a cabo realizando pruebas de orina durante 24 horas. Posteriormente, se compararán los valores de creatinina resultantes del análisis de sangre y orina, y se calculará la tasa de depuración o tasa de filtración glomerular (TFG) ajustándola al cálculo con talla y peso corporal específicos.
De este modo si la cantidad de creatinina en sangre es inferior a la cantidad existente en la orina, significará que los riñones no están eliminando esta sustancia del organismo.
¿Cómo disminuir una creatinina alta en nuestro organismo?
Si contamos con valores elevados de este compuesto orgánico es importante actuar de inmediato sobre la causa principal de su incremento. Principalmente trabajando sobre nuestros hábitos alimentarios y de ejercicio físico. Entre ellos, se encuentran reducir la ingesta de proteínas, beber abundante líquido (mínimo 2 litros de agua diarios), aumentar el consumo de fibra, aumentar el consumo de frutas, verduras y hortalizas, así como de alimentos diuréticos como piña, alcachofas o espárragos; también, reducir esfuerzos físicos cuando este sobrepasa ciertos límites, siempre manteniendo una rutina saludable de ejercicios.
Es importante vigilar los índices de creatina en nuestro organismo, especialmente una vez cumplidos los 50 años, y realizar exámenes esporádicos con el fin de prevenir cualquier posible lesión en nuestros riñones.
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