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Si anteriormente en APPF hablamos de las limitaciones y consejos a la hora de preparar una oposición compaginándola con el cuidado de los hijos, en esta ocasión hablaremos de otra circunstancia capaz de restar tiempo al estudio de una oposición, la de trabajar a turnos. Una situación bastante frecuente cuando hablamos de oposiciones de sanidad, donde profesionales interinos realizan su trabajo a turnos rotativos dentro del sector sanitario, mientras estudian la oposición para optar a una plaza fija; y de las oposiciones a educación donde, aunque los turnos no son rotativos, nos ocupan la mitad del día, y habitualmente con largos desplazamientos añadidos.
El trabajo a turnos requiere de un especial esfuerzo a la hora de adaptarse a las modificaciones horarias, así como una gran capacidad para adecuar hábitos y rutinas según la semana y los turnos a realizar, ya sean diurnos o nocturnos.
Trabajar a turnos puede causar cansancio físico, alteraciones del sueño, falta de atención o trastornos digestivos. Sin embargo, es posible ajustarse a estos continuos cambios de jornada, y a la vez poder cumplir con las rutinas de estudio de una oposición, si se lleva a cabo una buena planificación y organización.
Comprobemos algunas recomendaciones de cómo preparar una oposición cuando se trabaja a turnos.
Indice de contenidos
En primer lugar, ¿qué es el trabajo a turnos?
El Estatuto de los Trabajadores en su artículo 36 define el trabajo a turnos como:
Se considera trabajo a turnos toda forma de organización del trabajo en equipo según la cual los trabajadores ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo, según un cierto ritmo, continuo o discontinuo, implicando para el trabajador la necesidad de prestar sus servicios en horas diferentes en un periodo determinado de días o de semanas.
El trabajo a turnos requiere de una planificación especial respecto de las jornadas de trabajo tradicionales. Tanto a nivel de empresa u organización como a nivel personal. Elaborar cuadrantes de trabajo en el que los empleados puedan señalar sus días y horarios acordando entre ellos sus preferencias y necesidades, días de descanso, vacaciones, etc. es fundamental para poder cubrir el horario semanal/anual y que la labor a realizar pueda salir adelante.
Lo habitual es el sistema de turnos rotativos con horarios de mañana y tarde o mañana, tarde y noche, con sus respectivos descansos que suelen repetirse de manera sucesiva. Siempre han de respetarse los descansos entre jornadas laborales cumpliendo lo que dice la normativa al respecto (descansos mínimos de, al menos, 12 horas), número máximo de semanas en turnos de noche o antelación suficiente para que el trabajador pueda organizarse a nivel particular.
Una vez que conozcas tus turnos laborales ya podrás planificar tus jornadas de estudio. Según trabajes de día o de noche podrás elegir si estudiar antes de ir a trabajar, madrugando para un mayor aprovechamiento del tiempo o de la energía que tienes al comienzo del día; o bien hacerlo después, siempre y cuando hayas tenido un descanso suficiente entre tu jornada de trabajo y estudio.
El esfuerzo por crear hábito de estudio
Es cierto que trabajar a turnos no ayuda precisamente a mantener un hábito regular. El sueño, la fatiga y otros desordenes juegan en nuestra contra, aunque no son enemigos invencibles. El gran arma del opositor para enfrentarse a los obstáculos que puede presentar un trabajo a turnos, es una buena organización y también la constancia para cumplir con lo planificado.
Una buena manera de comenzar a organizarse para crear un hábito de estudio es establecer una rutina que sea asequible. Una rutina que no nos ocupe demasiado tiempo y que podamos cumplir y mantener con regularidad, a partir de ella podremos generar motivación y confianza en nuestra capacidad para rendir en el estudio a pesar del esfuerzo que implica el aspecto laboral. Gradualmente podremos sumar a esa rutina, nuevas pequeñas rutinas de estudio o aumentar el tiempo del hábito que ya hemos logrado afianzar.
Crear el hábito de estudio es esencial. Deberás saber que tu vida como opositor se mueve entre hábitos de estudio y rutinas laborales. ¿El tiempo para uno mismo? Es escaso sí, debes asumirlo y tratar de encontrar momentos para el descanso y la desconexión en la medida de los posible.
Autoconocimiento y flexibilidad para cuadrar horarios
Otro modo de organización es el de establecer un «timing» o cuadrante de estudio ajustado a la realidad, y que sea flexible. De nada sirve querer cumplir todos los días con el mismo tiempo dedicado a la preparación de oposición, puesto que no todos los días la carga de tu puesto laboral será la misma. No siempre es posible estudiar tres horas cuando vuelves del trabajo. Hacerlo cuando el cansancio de una dura jornada laboral nos lastra, puede ser contraproducente, causando desmotivación y dudas sobre nuestra capacitación para estudiar y trabajar a turnos. Lo preferible es analizar semanalmente la carga de trabajo y ser flexible para poder modificar horarios de estudio, pero también se debe ser riguroso a la hora de cumplir con la tarea aplazada.
El autoconocimiento es clave para saber cuáles son tus momentos de máxima energía y lucidez para el estudio. Trata de detectar si rindes mejor en el estudio cuando has trabajado en turnos de noche o de día, y esfuérzate y ten fuerza de voluntad en aquellos periodos de turnos donde te sientas más descansado. Normalmente los turnos de trabajo de noche son los que alteran tu ciclo del sueño y cambian tu rutina diaria, siendo menos apropiados para tu productividad. Pero no siempre es así para todas las personas. Insistimos, trata de detectar cuál es tu mejor momento y pon la máxima dedicación en el.
Estudiar a pleno rendimiento
Cuando trabajas a turnos, el tiempo para la preparación de una oposición es oro y hay que saber aprovecharlo al máximo. La productividad es fundamental. No se trata de estudiar más, si no de hacerlo lo mejor posible durante el tiempo dedicado. Es importante saber ignorar a ladrones del tiempo como móviles, Internet, televisión, etc. que distraerán nuestra atención en el estudio. Si nos resulta costoso rendir óptimamente, podemos optar por poner en práctica alguna de las muchas técnicas de estudio enfocadas a mejorar la productividad de nuestros esfuerzos.
No olvides descansar
¿Descanso? Pensarás que esta palabra ya no forma parte de tu vida. Turno de trabajo, estudio y vuelta al turno de trabajo. Esa es tu nueva vida. Sin embargo, no hay que descuidar la desconexión y el descanso. Sin ellas no seremos capaces de ofrecer un rendimiento completo durante las horas de estudio ya que mente y cuerpo deben tener su espacio de atención semanal. Una buena manera es guardar uno o dos momentos de la semana para realizar algún tipo de ejercicio físico; y especialmente, respetar que las horas de sueño sean lo más equilibradas posibles. La llamada «higiene del sueño» permitirá a nuestra mente rendir a plenitud durante el resto del día.
Fuera estrés
El estrés es un elemento muy frecuente en todo proceso opositor, pero puede serlo en mayor medida cuando hablamos de opositores que, además, tienen cargas adicionales como un trabajo a realizar o el cuidado de hijos o familiares. Y es que la acumulación de tareas, el cansancio, pensar en que cuentas con menos tiempo para estudiar que el resto de los competidores de tu oposición o, sentir que no llegarás a completar el estudio del temario, pueden ser motivos que incrementen tu estrés, generando ansiedad y agobio y restando tu capacidad para concentrarte y rendir óptimamente.
Piensa que tendrás momentos de debilidad durante el periodo en que prepares una oposición, que eres humano y no una máquina y que no todos los días serás productivo. Los altibajos forman parte del proceso y deberás saber cómo gestionar y controlar esas situaciones para que el estrés no se apodere de ti. Se consciente de que no todos los días podrás cumplir con el horario de estudio establecido, trata de reorganizarte y tener una buena planificación. No decaigas y pon en valor el esfuerzo que haces para reconocer tus méritos y tu valía. Eres capaz y nada, ni siquiera el estrés, puede contigo.
Repasa en pequeños momentos del día
Afortunadamente, los tiempos en que nos encontramos nos permiten estudiar de distintas maneras más allá del modo tradicional. Existen multitud de posibilidades; escuchando un podcast, siguiendo apps de flashcards para móviles, con pequeñas notas de voz que te sirvan como repaso…esto es algo que, cuando el tiempo escasea, tiene mucho valor. Y es que de camino al trabajo mientras conduces o vas en el metro., o simplemente caminando, podrás repasar el temario; de este modo, estarás aprovechando al máximo el tiempo y llenando los huecos que tu trabajo te permite, con contenido e información necesaria para organizar tus ideas.
No te lleves trabajo a casa
A veces acaba tu jornada laboral y tu alta carga de trabajo no te ha permitido cumplir con tus objetivos. Decides llevarte trabajo a casa para completar tu tarea. Esto es algo habitual que puedes hacer en alguna ocasión pero que si es frecuente en tu trabajo repercutirá de una manera negativa en la preparación de tus oposiciones. Trata de establecer espacios diferenciados entre trabajo, casa y estudio. No introduzcas horas de trabajo en tu tiempo de estudio, ni trates de estudiar en tus horas de trabajo. ¡Divide y vencerás!
Por último, ¡confía en tus posibilidades!
Una actitud optimista te ayudará en el objetivo por aprobar una oposición y lograr una plaza. Piensa que no serás el primero ni el último trabajador a turnos (partidos, rotativos, eso es lo de menos) que consigue aprobar una oposición. Es más, si tu empleo está relacionado con la plaza a la que optas, estás en clara ventaja frente a tus competidores. También puedes realizar alguno de los cursos homologados y baremables para oposiciones y bolsas de trabajo que ofrece APPF para incrementar el porcentaje de éxito en tu oposición.